Como se vio en la primera película Intensamente, Alegría, Tristeza, Asco, Ira y Miedo son las emociones de Riley que manejan el “centro de control” que se ubica en la mente de la adolescente que vive en San Francisco, Estados Unidos.
El teaser de la segunda entrega de esta producción inicia cuando el cuartel general de las emociones es demolido para hacer espacio a nuevos sentimientos, entre ellos Ansiedad. Hasta el momento se sabe que entre los nuevos personajes también estará Envidia, Aburrimiento y Vergüenza.
Luego de la publicación del adelanto de Intensamente 2, las redes sociales se llenaron de comentarios al respecto. Algunos demostraron emoción por conocer ya el mes y año en que se estrenará la película, otros dijeron que se identificaran con el nuevo personaje, mientras que otros internautas cuestionaron si la ansiedad realmente es una emoción o es una reacción a diferentes sentimientos.
¿La ansiedad es una emoción?
De acuerdo con el Manual MSD, la ansiedad es una respuesta normal a una amenaza o una situación de estrés psicológico. Está relacionada con la sensación de miedo y cumple una importante función en la supervivencia. Cuando alguien tiene que afrontar una situación peligrosa, la ansiedad desencadena una respuesta de lucha o huida.
“Paul Eckman define siete emociones universales. En la primera película Intensa-mente, solo nos presentaron cinco, quizá porque son las más evidentes en la etapa de desarrollo de una persona, pero conforme crecemos, se pueden añadir las otras dos”, comenta el guatemalteco Mario Velásquez, de la clínica blaho.psique.
El profesional señala que de cada una de las emociones nacen sentimientos, como el temor y frustración que se derivan del miedo. “La reacción emocional es cuando existe un sentimiento que ya es pertinente y consistente. Acá es donde catalogamos la ansiedad, porque es un sentimiento que perdura en un tiempo estipulado. Entonces, es una reacción de la emoción del miedo, es un sentimiento”, añade.
La emoción no es lo mismo que un sentimiento. El primero, según Velásquez, es el detonante de una situación y el sentimiento es la sensación que perdura en el cuerpo. “Una emoción dura menos de un segundo. Por ejemplo, puedo tener un disparador de tristeza que durará menos de un segundo y luego entra la sensación que es la que perdura”.
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Entonces, la ansiedad es un detonante del miedo, es la sensación que estará por más tiempo en nuestro cuerpo y que se manifiesta con varios síntomas. De acuerdo con Luis Alberto Guigui, psicólogo clínico, una emoción es una respuesta hacia un impulso o acontecimiento. Entonces, la ansiedad es producida por muchas emociones.
“Por ejemplo, si estamos recibiendo clases y nos regañan por haber hecho mal un trabajo al que le pusimos empeño, eso nos lleva a frustración y miedo a fallarle a alguien más. Entonces, la ansiedad nos genera esos sentimientos más tristeza y hasta a una alegría que quizá la sociedad nos ha establecido que no deberíamos sentir”.
Síntomas de la ansiedad
La ansiedad de manifestará de diferentes maneras en cada persona. Los síntomas más comunes son palpitaciones en el corazón, opresión en el pecho, fatiga crónica (sensación de jadeo), dolor de cabeza, dolor de ojos, temblor u hormigueo de manos y pies, entre otros.
Algunas personas también suelen morderse los labios, comerse las uñas de las manos, tener resequedad en los ojos y boca.
Cuando se tengan estas señales de alerta, los profesionales recomiendan primero, aceptar el sentimiento y luego respirar. “Lo que necesitamos hacer ante un ataque de ansiedad es respirar. Dar la sensación de estar en un lugar seguro. Saber que solo es un momento y que todo estará bien”, dice Guigui.
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También se aconseja mejorar la alimentación y hacer ejercicio de alta duración, como atletismo o natación, ya que al pasar varios minutos haciendo la misma actividad, la mente se centra solo en esa acción y disminuye la ansiedad.
Cuando estas sensaciones afectan su cotidianidad y/o se tiene temor irracional a la muerte o un ataque de pánico, es importante pedir ayuda con un profesional de la psicología.
