“Ella se une a mi agradecimiento. Admiro un montón de cosas de ella. Admiro su perseverancia, su talento, su fuerza. Ella es mi héroe. La adoro”, expresó Ford entre lágrimas y bajo la atenta mirada de su hija, que tiene 25 años de edad.
“Cuando se tiene un ser querido que sufre esta enfermedad, puede ser devastador. Sabes cómo afecta a sus vidas, a su futuro, a sus oportunidades y quieres desesperadamente encontrar la curación”, agregó.
Ford relató que su hija sufrió el primer ataque cuando era niña, en una pijamada y los médicos le recetaron medicina para combatir la migraña. Años después tuvo más ataques, para ese entonces se encontraban en la ciudad de Los Ángeles. “Me dije a mí mismo, estamos en Los Ángeles y tenemos algunos de los mejores médicos del mundo, así que ellos deberían saber qué es lo que le pasa. Pero nunca le diagnosticaron epilepsia”, relató.
La hija del actor tuvo otros ataques cuando vivía en Londres y acudió con el especialista Orinn Devinsky, quien finalmente le dio un diagnóstico. “Es un querido amigo mío. Le recetó los medicamentos y la terapia adecuada y no ha vuelto a tener una convulsión en ocho años”, puntualizó en su discurso Ford.