Dedicados a la música:
Algunos de los sones provienen desde tiempos prehispánicos y han llegado hasta la actualidad. Dicha riqueza se deriva de la magnitud y continua reelaboración de elementos de raíz indígena, con europea, africana y árabe que en ellos se incluyen, señala el estudio etnomusical Aspectos fenomenológicos del son guatemalteco tradicional, ciencias sociales y humanidades (2015), también de Gandarias.
Clasificación
Gandarias analizó 387 audios de sones grabados en los últimos 60 años —de 1945 al 2014— en 17 comunidades lingüísticas de Guatemala, que, por primera vez en el país, sirve como punto de partida para la caracterización de estas piezas tradicionales.
Sones indígenas
Contienen elementos culturales mayas, a través de los cuales se evidencian componentes europeos o africanos. Son ejecutados en celebraciones religiosas y festivas en pueblos donde se sigue el calendario litúrgico católico o maya.
Mestizos
Son sones zapateados, de creación mestiza, para marimba sencilla y redoblante. Se orientan hacia el baile. Una de estas piezas es El zapateo, de Santa Elena, Flores, Petén.
Sones bandera
Son representativos de comunidades específicas y funcionan como himnos locales con los cuales se sienten identificados, entre ellos Barreño, Costa Grande, Cubulera —Cubulco—, San Miguelito —San Miguel Chicaj— y San Pablo —Rabinal—.
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Danzarios
Proporcionan el soporte sonoro para el movimiento de los personajes y el desarrollo completo de la danza. Generalmente, hay sones para cada uno de los personajes, para desplazamiento y movimientos coreográficos, así como para acciones del argumento del baile, y sones de inicio y final, explica Carlos René García, en su Atlas Danzario de Guatemala (2010). Entre estos están los sones para bailes-drama De la conquista, Toritos, Rabinal Achí —uno de los más antiguos—, Ma’ Muun y Palo volador.
Rituales
Gran parte de los sones tradicionales tienen una función ritual de culto asociada a ciclos festivos anuales de carácter sagrado de las comunidades. Se usan para dar solenmnidad a celebraciones patronales donde acompañan velaciones o rezos, cortejos procesionales o rituales a la siembra y cosecha de maíz. Un ejemplo es el Son Primera entrada para tzijolaj —flauta de caña— y tambor de la aldea Vásquez en San Miguel Totonicapán y Son Moctezuma, de Rabinal.
Recreativos
Se escuchan para amenizar reuniones familiares o fiestas públicas con ocasión de bautizos, piñatas, primeras comuniones, casamientos, aniversarios y otras festividades civiles.
Conozca y escuche en este gráfico interactivo sones de ocho regiones etnolingüisticas.