La primera autopsia realizada a Michael arrojó el pasado diciembre resultados “no concluyentes”, por lo que se dispusieron nuevos test.
Desde el principio se descartó alguna circunstancia “sospechosa” en el deceso del popular músico, autor de conocidos temas como Careless Whisper o Faith, y la policía de Thames Valley, responsable del área de Goring-on-Thames, consideró entonces que el fallecimiento era “inexplicable, pero no sospechoso”.
“La investigaciones en la muerte de George Michael ha quedado concluida y se ha recibido el informe final de la autopsia”, indicó este martes Salter en un comunicado.
“Al existir una causa natural confirmada de la muerte, una cardiomiopatía dilatada con miocarditis e hígado graso, la investigación no continuará y no existe ninguna necesidad de llevar a cabo una investigación o nuevas pesquisas”, afirmó el juez.
En la nota se indica además que no se proporcionarán en el futuro “nuevas actualizaciones” sobre el fallecimiento y que la familia del cantante “pide a los medios de comunicación y a los ciudadanos que respeten su privacidad”.
Fadi Fawaz encontró muerto al cantante en la cama la mañana del día de Navidad, cuando fue a recogerle a su casa. “Se suponía que teníamos que ir a una comida navideña. Pasé por allí para despertarle y, simplemente, se había ido. Yacía pacíficamente en la cama.”, relató el libanés dos días después del fallecimiento.
Michael, cuyo nombre real era Georgios Kyriacos Panayiotouuna, vendió durante su carrera más de 100 millones de álbumes por todo el mundo y fue una de las estrellas más reconocidas del mundo del pop de las décadas de 1980 y 1990, primero como integrante de “Wham!” y luego en solitario.
Su muerte, a los 53 años, cerró un 2016 trágico para el mundo de la música, que perdió en enero a David Bowie, a Prince en abril y a Leonard Cohen en noviembre.