Aunque solo permaneció dos años, fue en México donde Mistral hizo sus mayores aportaciones a la educación, invitada por el entonces secretario de Educación, José Vasconcelos, y donde tuvo un intenso intercambio con algunos de los intelectuales de la época.
“El país donde más se conoce a Gabriela Mistral es México, solo (hay) que pensar que aquí hay 5 mil escuelas que se llaman Gabriela Mistral y en Chile son como 50”, dijo Diego del Pozo, especialista en la obra de la poeta.
Además de recorrer las zonas rurales para llevar educación, en México escribió el texto Lectura para mujeres, donde hacía énfasis en la necesidad de que las mujeres se integraran al proceso educacional, una idea que era avanzada en ese momento, explicó.
En su país natal “se le recuerda mucho para las efemérides”, afirmó Del Pozo, quien agregó que si se le pidiera a cualquier chileno recitar dos de sus poemas, “difícilmente va a poder contestarlo”.
Chile mantiene con la poetisa la “celosa relación” que prevalecía cuando ella vivía, cuando se le criticaba por permanecer más tiempo fuera que dentro de territorio chileno.
Además, “Chile era profundamente machista” y veía mal algunas de las ideas educativas, políticas y feministas que ella trataba de poner en la mesa de discusión, añadió.
El experto señaló que a raíz del descubrimiento en 2007 de poemas, cartas y notas inéditas de Mistral, ha habido un interés por revalorizar y dar una nueva lectura a su obra por parte de algunos escritores y académicos chilenos.