Los datos de la investigación apuntaron que, así como la música, la artesanía e incluso los payasos, las actividades artísticas “reducen la ansiedad, el dolor y la presión arterial” tanto en niños como en adultos.
Se reveló que las actividades de esta índole promueven factores como el ejercicio y respaldan la salud mental. Además, se trata de acciones “con un bajo riesgo de resultados negativos”. Según el informe, varios médicos han “recetado” que se estimule la práctica artística.
Desde la implementación del arte, se pueden conciliar vías para involucrar a grupos minoritarios y menos privilegiados en la sociedad, infieren los datos de la OMS.
“El arte no es ocio, sino una necesidad”, expresa Esperanza de León, docente, artista, psicóloga y codirectora del Creatorio Artístico Pedagógico, un espacio de investigación donde se desarrollan pedagogías de arte como herramienta vital y de aprendizaje.
La investigadora y también curadora independiente señala que al momento en que una persona tiene dolencias, es probable que el arte ayude a “burlar” el malestar. “Cuando se tiene una experiencia que capta todos los sentidos, la atención se dirige a ese suceso, por lo que concentrarse en una manifestación artística puede ser beneficioso”, comenta.
La mente y la sensibilidad no quedan de lado. Esperanza apunta que los acercamientos al arte, siendo conducidos por la creatividad, estimulan la autoestima de quienes lo practican. “Eleva la seguridad en las propuestas de cada persona”, cuenta.
Asimismo, el arte puede ser un punto de encuentro con otros. La psicóloga y docente argumenta que las prácticas o experiencias artísticas promueven vínculos sociales, ya que se puede coincidir con otras personas que tienen intereses afines. Esto ayudaría además a promover una memoria comunitaria.
Entrar a nuevos mundos
La historiadora de arte y también educadora Luisa González-Reiche sugiere que el interés por las experiencias artísticas promueve una apertura hacia “otros mundos” y distintas formas de plasmar la realidad.
“En la obra de arte se puede evidenciar la naturaleza relacional y de identidad no individual que somos, es una especie de enredo amplio y rico en relación con lo que somos todas y todos”, cuenta.
Luisa comenta que dentro de las exposiciones se puede reflexionar acerca de las distintas identidades en el lugar, pero a la vez invita a cuestionar cuáles son los mundos, voces o propuestas que no están siendo mostrados, para así desarrollar una conversación frente al discurso presentado en la exposición.
Esperanza De León apunta que las exposiciones ofrecen que la audiencia se lleve nuevos puntos de vista propuestos por los artistas. “Dan la oportunidad a las personas de conocer la diversidad y las distintas formas en que las personas enfrentan el mundo”, señala la psicóloga y artista.
Cómo recorrer una exposición
Por mucho tiempo se ha dicho que la práctica o el acercamiento a las artes es “solo para algunos”. Esperanza de León explica que lo anterior corresponde a un miedo alimentado por el desconocimiento y por la negación de espacios creativos y de arte a las personas.
La investigadora apunta que, por el contrario, el arte es una herramienta valiosa para todos, ya que desde la creatividad se pueden encontrar nuevas soluciones o interpretaciones ante circunstancias de la vida.
Por esta razón, un acercamiento a exposiciones en galerías, centros culturales y demás espacios resulta beneficioso. Pero ¿cómo recorrerlos si no se sabe de arte? Las especialistas entrevistadas sugieren:
- No ir con preparación: Aunque parezca una contradicción, el hecho de no tener expectativas, mantener la apertura y la curiosidad pueden hacer que se noten detalles, formas y perspectivas propuestas por la pieza de arte.
- Despojarse de los complejos: Dentro de la exposición se pretende tener un diálogo con las piezas y para esto “se debe estar al mismo nivel que el interlocutor”, por lo que se sugiere no guiarse por complejos, miedos o prejuicios, comenta De León.
- Tener disponibilidad de tiempo: Al tratarse de un ejercicio contemplativo, es meritorio tomar en cuenta el tiempo para que los diálogos sean más fructíferos.
- Dejarse llevar por la búsqueda saludable: Además de la recomendación de no ir con complejos, se recomienda no dejar que emociones negativas interfieran en el diálogo. “Si se va con la disposición de encontrar lo bello, lo poético, o lo conflictivo y lo ridículo, se encontrará. Si se va con una búsqueda saludable, se encontrará eso”, comenta Esperanza.
- Abrirse a otros lenguajes: El arte va más allá de nuestro lenguaje, por lo que se debe mantener un diálogo plenamente visual o sensorial con las obras. “Podríamos analizar distintas unidades como el tamaño, color, textura, matices. No todo tiene que caber en palabras ni ser explicado así. Se puede llevar a un nivel de distintas sensaciones”, comenta la psicóloga.
Tanto Esperanza como Luisa coinciden que el arte no debería concebirse como algo que sea definitivo e incluso estético. Por un lado, la psicóloga cuenta que el arte ya ha trascendido el gusto y no debe ser una expresión para complacer, sino para proponer otras formas de interpretación y de convivencia.
“La experiencia de las personas es válida. La obra está ahí y sirve para activar el pensamiento”, expresa De León en referirse a que no siempre la audiencia debe estar de acuerdo con las obras”.
En cuanto al lenguaje, Luisa comenta que las piezas no deben pensarse tanto desde un sentido simbólico o que tengan un significado para las personas. Propone que las obras sean consideradas en sí mismas. Junto con las recomendaciones comentadas, esto podría ampliar la percepción que se tenga del arte, establece la historiadora.
Exposiciones y herramientas artísticas
Algunas herramientas sugeridas para adentrarse en espacios de arte expositivos y pedagógicos desde la virtualidad:
