“La materia de investigación fundamental es saber si fallece por muerte natural o con intervención de terceros”, dijo Rodrigo Lledo, jefe del Programa de Derechos Humanos del Ministerio del Interior, el viernes último en rueda de prensa.
Neruda, ganador del premio Nobel de Literatura en 1971, murió días después del golpe de estado en Chile, el 11 de septiembre de 1973, en una clínica de Santiago. Su muerte fue atribuida a un cáncer de próstata, pero en el 2011 la versión de uno de sus asistentes de que pudo ser asesinado tras ser envenenado en la clínica abrió una investigación judicial.
Según Lledo, la bacteria encontrada en los restos de Neruda no se da en la naturaleza y, por lo que sabe hasta ahora, “habría sido criada en un laboratorio”.
El panel está conformado por expertos chilenos, españoles, estadounidenses, canadienses y daneses, quienes “van a intentar descifrar el ADN de esta bacteria que se ha encontrado”.
Los restos de Neruda, exhumados en abril del 2013, ya fueron sometidos a otras pericias químicas que determinaron, inicialmente, que en su cuerpo existía evidencia de un cáncer avanzado.
Durante la dictadura de Pinochet, que dejó más de tres mil 200 muertos de 1973 a 1990, se desarrollaron agentes químicos para el exterminio de opositores lo que acrecentó las dudas sobre la muerte de Neruda.