Sumida en la depresión, el fin de semana utilizó su cuenta de Facebook para escribir una nota suicida en la que señalaba haber tomado una sobredosis, por lo que fue internada.
En un segundo mensaje reprechó y rogó a sus hijos que no la abandonaran. Su último texto en Facebook antes de que cerrarán su cuenta decía: “Si una mujer no lo logra la primera vez… lo intentará nuevamente, quiero mi derecho a morir y lo reclamaré”.
Mientras la salud física y mental de la intérprete de Nothing Compares 2U, de 48 años, se deteriora su carrera musical va por el mismo camino.
Producto de la depresión
O’Connor no es el único nombre que pierde fuerza en la escena artística. Matilda, es decir, Mara Wilson, tenía solo 13 años cuando desapareció del cine y de la televisión.
La muerte de su madre debido a un cáncer de seno le produjo problemas de ansiedad y depresión, al punto que no ha vuelto a Hollywood.
Otro caso similar es el de Rick Monaris, quien desde 1987 abandonó su carrera en el cine. Recordado por las películas Cazafantasmas, Los Picapiedras y Querida encogí a los niños, el actor no regresó a los estudios luego de la muerte de su esposa, Ann Belsky, víctima del cáncer. Él se dedicó por completo a sus hijos y a tomarse un descanso, pero este se prolongó.
Otros casos
¿Quién en Navidad no recuerda a Kevin McAllister del filme Mi pobre angelito? El actor Macaulay Culkin logró fama con dos entregas de la película, y aunque ha tenido otras apariciones en la pantalla su carrera no pasó a más.
Drogas y alcohol, un matrimonio fallido a los 17 años, son parte de la espiral que no le permiten recuperar el éxito que alcanzó hace 25 años.
Lindsay Lohan no se queda atrás, la exestrella Disney ha sido una de la jóvenes más polémicas de Hollywood debido a sus excesos y adicciones, sus ingresos a rehabilitación y a la cárcel por conducir ebria. Aunque ha intentado regresar a las carteleras, no ha logrado levantar cabeza y tal parece que la suerte se le acabó.