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En primer lugar, se abordan las formas en que la palabra actúa como vehículo de ideas sonoras y musicales. Ilustra el manejo de timbre, altura, intensidad, ritmo, espacio acústico e, incluso, estructuras musicales.
La segunda, trata acerca de la elaboración de ficciones a partir del sonido como protagonista del discurso.
La tercera son las relaciones de la poética con el sonido. Y la última, aborda la importancia que el escritor presta a la música y los instrumentos musicales mayas cuando destaca la acción y papel de los artistas, sus instrumentos y función de su arte.
Recursos
El autor maneja el lenguaje con la misma facilidad para crear ritmos, construir atmósferas sonoras, crear historias ficticias con el sonido y para estructurar musicalmente pasajes específicos. Todo ello basado en su intuición creadora y en el uso de la palabra y sus combinaciones, añade el referido estudio.
“El procedimiento de escritura de Asturias es similar a la de un compositor, pensando en lo que se oye, pero la construcción de estructuras no pierden su contenido”, refiere Gandarias.
“Su obra marca una dinámica en el tiempo, tal como ocurre en la música. Asturias hace reiteraciones, y la repetición es un elemento fundamental en la estructura musical”, añade.
“En la aventura de nuestro lenguaje lo primero que debe plantearse es la onomatopeya. Cuántos ecos compuestos o descompuestos de nuestro paisaje, de nuestra naturaleza, hay en nuestros vocablos, en nuestras frases”, escribió Asturias.
Elementos
A continuación, la producción audiovisual Suite Asturias, producido por Gandarias y Guillermo Escalón, como una forma de acercar la literatura de Asturias a la juventud.
- Surgió como corolario de la investigación sobre el imaginario musical de Asturias. Ilustra audiovisualmente cuatro fragmentos de contenido musical de la narrativa del autor.
- Está organizada en cuatro cuadros musicales consecutivos, a manera de una suite: I En el Portal del Señor; II Torbellino; III Damiancito y IV Teponaxtle.
- Los dos primeros fueron generados a partir de fragmentos de la novela El Señor Presidente; el segundo, de Los Ojos de los Enterrados, y el último, de Maladrón.