Escenario

Joaquín Orellana refuerza su legado con la “Sinfonía desde el Tercer Mundo”

El maestro Joaquín Orellana presenta por primera vez en Guatemala la <em>Sinfonía desde el Tercer Mundo</em>. 

El público ovacionó a Joaquín Orellana, quien presentó su "Sinfonía desde el Tercer Mundo" (Foto Prensa Libre: Esbin García).

El público ovacionó a Joaquín Orellana, quien presentó su "Sinfonía desde el Tercer Mundo" (Foto Prensa Libre: Esbin García).

En la Gran Sala Efraín Recinos del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias, el maestro Joaquín Orellana trajo a Guatemala la Sinfonía desde el Tercer Mundo, su obra más reciente y quizás más elaborada, en un proceso que inició en Atenas, Grecia.


En la sinfonía participaron alrededor de 175 músicos: 60 coristas adultos —Coro Victoria y Coro Universitario—, 23 coristas niños —Coro Infantil Fundación Carlos F. Novella—, 66 músicos de orquesta, 20 percusionistas, siete marimbistas, un declamador, un controlador de sonidos pregrabados y el director Julio Santos, quien estuvo a cargo también en esa presentación el 27 de junio del 2017 en el marco del Festival Documenta 14, en Atenas, Grecia.

“Esta sinfonía nace de un pueblo empotrado en el pecho. Muchas de mis obras anteriores se focalizan en nuestra realidad social”, explicó el maestro Orellana. “Estoy muy satisfecho después de la resonancia que tuvo esta obra en Grecia. La Sinfonía nace en Guatemala, es de Guatemala, Y Guatemala dio gran mensaje de su circunstancia social. La Sinfonía es de todos”.

La respuesta que le dio el público, que estuvo formado por 1,400 personas que asistieron a la sala principal del Teatro Nacional, fue una ovación interminable, que se detuvo únicamente por la música. La audiencia reconoció el legado musical y creativo del maestro.

Sinfonía


Los efectos de voces del coro que se entrecruzaban y producían murmullos inconsolables de una multitud atormentada. Sonidos pregrabados que se entremezclaban con el coro que entonaban en idioma maya, junto al coro de niños.

Luego se escucharan los útiles sonoros que emitían sonidos surrealistas

En un momento trepidante se escuchó la voz de Joaquín Orellana declamar un poema a la marimba: Marimbalzada.
Lanza, avanza, penetra, se oía en uno de los versos.

La conjuncion de sonidos era única: marimba, coro, útiles sonoros y orquesta, algo jamás escuchado. No eran melodías lo que transmitían sino sentimientos y emociones que se transformaban en imágenes sonoras.


“Estoy muy impresionado. Acerca al público guatemalteco a algo que no está acostumbrado. Demuestra la capacidad pionera de Joaquín Orellana, aquí y en cualquier parte”, comentó el músico Paulo Alvarado, de Alux Nahual.

“Es fabuloso estar acá, porque muy pocas veces podemos escuchar un concierto de esta calidad nunca antes visto”, dijo la licenciada Ana Lilian Gutiérrez.

“Estamos muy contentos y satisfechos de escuchar a uno de los grandes valores musicales de Guatemala y esta obra es de gran relevancia para el arte nacional”, afirmó Érick Vázquez, músico independiente de Etnofusion.

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ESCRITO POR:

Brenda Martínez

Periodista de Prensa Libre especializada en historia y antropología con 16 años de experiencia. Reconocida con el premio a Mejor Reportaje del Año de Prensa Libre en tres ocasiones.