Hasta que a finales de los sesenta, junto a Silvio Rodríguez y Noel Nicola fue uno de los fundadores del Movimiento de la Nueva Trova Cubana al calor de la emblemática Casa de las Américas y que se convirtió en uno de los fenómenos con más fuerza del panorama musical latinoamericano.
El padre de temas popularmente conocidos como Para vivir, Yo me quedo o El amor de mi vida, también musicalizó poemas de Nicolás Guillén en canciones como De qué callada manera y los Versos sencillos del Héroe Nacional de Cuba José Martí.
Durante años “Embajador musical” de la Revolución cubana, llegó a ser diputado de la Asamblea Nacional del Poder Popular, pero la caída de la Unión Soviética y la posterior crisis económica que generó en la isla le hizo ir tomando distancia política, primero en silencio y después públicamente.
En 2006 participó en un homenaje por el 80 cumpleaños de Fidel Castro en el concierto “Todas las voces Todas”.
“Felicidades, Fidel”, dijo Milanés antes de comenzar su actuación con la simbólica Canción por la unidad latinoamericana.
Pero en 2011, pocos días antes de actuar en Miami dio varias entrevistas a medios locales en los que criticó la falta de libertades en la isla y la autocensura de la prensa cubana.
Incluso recordó que en la década del 60 estuvo internado en las Unidades Militares de Apoyo a la Producción (UMAP), los campos de trabajo tristemente célebres donde fueron recluidos homosexuales, religiosos y los que no se adecuaban a los “parámetros revolucionarios” de entonces.
“Lo que escandaliza a algunos no es el contenido de sus críticas sino la forma, que además de burda parece desamorada, sin el más mínimo compromiso afectivo”, le respondió el cantautor Silvio Rodríguez.
El autor de Ojalá recordó que Pablo Milanés y él hacía más de 20 años que no se veían y ni siquiera hablaban por teléfono. “El Pablo que conozco -añadió- tiene casi un cuarto de siglo de retraso”.
A Pablo Milanés el desencanto le llevó incluso a minusvalorar las reformas del presidente cubano, Raúl Castro, que permitieron a los cubanos salir libremente del país, comprar líneas de celulares, alojarse en hoteles para extranjeros o comprar y vender casas. “Cuba está igual o peor que antes”, afirmó en 2012.
Tras el revuelo que tuvieron sus declaraciones en la isla, últimamente ha evitado pronunciarse sobre la actualidad política cubana, prefiriendo un segundo plano mediático, aunque siempre aseguró que el cantautor es “un reflejo de lo que acontece alrededor y no se puede aislar de eso”.
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A lo largo de su carrera, Milanés ha recibido el reconocimiento tanto nacional como internacional. Tiene las mayores distinciones que se da en Cuba al mundo de la cultura como las Orden Félix Varela (1984) y Alejo Carpentier (1982), el Premio Nacional de Música (2005) y la medalla Haydeé Santamaría (2006).
En 2006 obtuvo dos Grammy Latinos, uno al Mejor Cantautor por el disco Como un campo de maíz, y otro en la categoría de Mejor Álbum Tropical Tradicional, por AM PM, líneas paralelas, grabado junto al cantante puertorriqueño Andy Montañez.
Con una carrera de 50 discos y más de 600 canciones, el año pasado en la isla se presentó una edición especial de toda su obra producido por la disquera estatal BisMusic.
“Esto no quiere decir que pare aquí, todo el tiempo me están saliendo cosas, la misma vida me da espiritualidad, vigor y fuerza para seguir trabajando”, aseguró Milanés durante la presentación, al anunciar que seguiría en los escenarios.
Sus problemas de salud le han dado varios sustos a sus seguidores. En 2012 fue operado de una hernia umbilical y tuvo que cancelar su gira por España y en 2014 fue sometido a un trasplante de riñón, que le donó su esposa Nancy Pérez.
Padre de nueve hijos y abuelo de nueve nietos, Milanés sigue componiendo para nuevos trabajos, especialmente con su hija Haydee Milanés.