Escenario

El placer de ver en España pinturas maestras casi en soledad

Los tres museos del "Triángulo de arte" de Madrid volvieron a abrir con un tercio de su aforo y nuevas normas.

Una gran lona negra se descorre en la reapertura este sábado del Museo del Prado. Foto Prensa Libre: EFE

Una gran lona negra se descorre en la reapertura este sábado del Museo del Prado. Foto Prensa Libre: EFE

Los famosos museos españoles del Prado, Reina Sofía y Thyssen, conocidos como el “Triángulo del Arte” de Madrid, reabrieron este sábado al público con nuevas normas: menos visitantes, todos con mascarilla, más medidas de seguridad y también menos aglomeraciones, estrés y agobio para contemplar algunas de las obras maestras de la pintura universal.

Tras casi tres meses de cierre forzoso por la epidemia de covid-19 y pérdidas millonarias por falta de turistas, los primeros visitantes pudieron admirar las pinturas emocionados y, al mismo tiempo, con una sensación un poco extraña.

Las tres pinacotecas volvieron a abrir con un tercio de su aforo, y en el caso del Prado y Reina Sofía, solo sus salas más representativas.

El Prado, por ejemplo, recibía una media de 9 mil personas al día, que ahora serán mil 800 como máximo. Pero su reapertura fue por todo lo alto, con ceremonia incluida, y una exposición histórica que reúne sus piezas más importantes en unas pocas salas.

A primera hora, el visitante número uno, Raul; el ministro de Cultura, José Manuel Rodríguez Uribes; y el presidente del Patronato del museo, Javier Solana, desplegaron una pancarta con el lema “Reencuentro” en la Puerta De Goya, la única por la que se podrá entrar al museo.

Dentro, un quinteto de cuerda de la Orquesta regional de Madrid interpretó “El himno de la Alegría” en la sala de “Las Meninas”, el cuadro inmortal de Velázquez, que ahora se puede disfrutar con una tranquilidad desconocida.

Encantada con la visita se mostraba Carmen Montero, una mujer que visitaba el Prado con sus tres hijos, uno de ellos bebé, su sobrina adolescente y su marido.

“Está situación no me gusta por el museo -matizó-; sé que esto lo tiene que disfrutar cuanto más gente mejor, pero es una experiencia única”.

Antes de abrir el Thyssen, la fila de espera daba ya la vuelta al edificio y subía por la cercana Carrera de San Jerónimo, dada la expectación. Dentro se respiraba mucha tranquilidad, y “Habitación de hotel”, de Edward Hopper, o “Les Vessenots en Auvers”, de Van Gogh, se podían disfrutar en soledad.

Un curiosidad. La tienda del museo abrió con una novedad: mascarillas estampadas con cuadros de Rothko, Delaunay y Mondrian.

Asombrosa es también la nueva situación en el centro de arte del siglo XX y contemporáneo Reina Sofía, donde el famosísimo “Guernica” de Picasso puede ser admirado por solo 30 personas al mismo tiempo, algo impensable anteriormente, siempre muy concurrido.

También este museo reabrió sus salas más representativas, y los visitantes se repartían ordenadamente en ellas o disfrutaban del jardín interior y las terrazas del Edificio Nouvel.