Escenario
El manga en Guatemala: cómo llegó al país, qué negocios existen y cómo alcanzó popularidad
Las novelas gráficas japonesas han ganado terreno en el público guatemalteco, tanto por su propuesta como en la variedad de géneros.
Las novelas gráficas de Japón, conocidas popularmente como Mangas, han crecido en popularidad en Guatemala. (Foto Prensa Libre: Pavel Arellano)
El 29 de junio de 1999, en un reportaje denominado “El Garabato Irresponsable” que hablaba sobre el impacto del manga en Japón, se leía en el último párrafo que “Guatemala dista mucho de pertenecer a esa comunidad que emplea su tiempo libre en viajar de la mano junto a historias fantásticas”, al hacer referencia a cómo nipones de todas las edades consideraban a las novelas gráficas como su producto literario predilecto.
25 años después, el panorama parece haber cambiado, ya que en Guatemala el fenómeno de las historietas originarias del país del sol naciente ha crecido tanto en consumo como en popularidad.
Y no solo esto se observa en la aceptación y normalización que la cultura del manga y anime ha tenido en tiempos recientes, sino en la aparición de negocios que han surgido de la necesidad de traer a esta parte del mundo aquellos productos representantes de la cultura japonesa.
Resulta interesante conocer que llevó al público guatemalteco a interesarse por las novelas gráficas de Japón, cuyo nombre es derivado de los kanjis Man (Informal) y Ga (Dibujo) y que fue atribuido por el artista Hokusai Katsushika (1760-1849), considerado el creador del concepto del manga en el periodo Edo o Tokugawa (que abarcó desde 1603 hasta 1868).
LLEGADA A GUATEMALA
No existe como tal una fecha exacta de la llegada del manga en Guatemala, sino que se trata de una serie de acontecimientos que provocaron un mayor interés en la población por la cultura japonesa.
En principio, y como lo menciona Susana Capuano, gerente de la tienda Umi Store que abrió oficialmente en noviembre de 2019, la comunidad aficionada al manga y el anime se originó en Guatemala en los noventa, y empezaron a existir los “clubes” en donde las personas se reunían para hablar de sus aficiones y gustos más enfocados a cómics, videojuegos y claro, manga y anime.
“En aquel tiempo estaba el famoso Club Argos, que lo conformaban aproximadamente 40 personas, 30 hombres y 10 mujeres”, recuerda Capuano.
El Club Argos, formado en 1997 es considerado por muchos como uno de los primeros clubes dedicados a la cultura popular en Guatemala, ya que también se les atribuye ser de los primeros en poner en práctica las famosas convenciones.
Respecto a editoriales que trabajaban el manga, Capuano afirma que, a mediados de los noventa, en México, había editoriales como Vid y Tucán, propulsoras de lo que hoy se conoce como Panini y Kamite, que empezaron a dar a conocer el manga, además de otras editoriales como Glenat por parte de España.
En el caso de Guatemala la venta de manga no empezó sino muchos años después cuando librerías empezaron a poner a la venta mangas traídos desde la editorial española Norma.
“Con la llegada del internet, muchas personas en Guatemala no veían un motivo de peso para obtener mangas físicos, ya que se podían obtener de forma digital. Pero hace diez años el interés por el formato físico empezó a ser aún mayor”, explica Capuano.
JUNTO CON LA ANIMACIÓN
Por otro lado, resulta difícil desligar el manga del anime, que son animaciones japonesas transmitidas por televisión y que han sido una de las responsables del impacto que hubo no solo en Guatemala sino a nivel latinoamericano.
Como lo deja ver Daniela Bravo en su trabajo “La latinización del manga y anime” de la Universidad Autónoma de México, la transmisión televisiva de animación japonesa captaba la atención del público principalmente joven.
“En los años ochenta, países como Venezuela, Guatemala, República Dominicana, Colombia y Puerto Rico comenzaron a transmitir series de animación japonesa en televisión abierta”, afirma Bravo.
Como lo menciona Raúl Rodríguez y Jennifer González, fundadores de la tienda Otakustore que se dio a conocer al público como tienda en línea en 2009 y que actualmente cuentan con tienda física, ha habido pilares fundamentales a nivel de animación que han aportado a que la popularidad del manga también haya aumentado.
“Aquí en Guatemala hubo mucho interés con series como Mazinger Z (1972), Heidi (1974), Candy Candy (1975), Los Caballeros del Zodiaco (1989), y otras como Sailor Moon (1992) y Dragon Ball (1986), la cual fácilmente es una de las obras que más ha catapultado la popularidad del manga y del anime”, indica Raúl.
También recalca que, con la llegada del internet, la cultura japonesa empezó a escalar a niveles de aceptación más elevados, con obras como Death Note (2006), Full Metal Alchemist (2009), Attack on Titan (2013), y más recientemente Demon´s Slayer (2016) y Jujutsu Kaisen (2020).
Cabe aclarar que muchas de las animaciones japonesas que obtuvieron aceptación en Guatemala son basadas en obras publicadas originalmente en el formato manga, y en palabras de Raúl, la curiosidad de las personas de conocer el origen de sus series de animación favoritas, junto con el auge del internet provocó una mayor atención a dicho formato literario.
“Lo que hizo dar el salto de popularidad al manga fue el internet. Ese descubrimiento que hacían las personas de que su anime favorito es una adaptación de un material literario hizo que la gente lo consumiera más y se interesara más por ello”, indica Raúl.
Recalca también la importancia del formato literario porque en él se encuentra la idea original del autor, cosa que en las adaptaciones a la animación a veces no se transmite de la misma forma.
“Sabes que una animación te transmite algo, pero leer el material original es otro punto de vista diferente, la esencia está en los dos formatos, pero la visión genuina del autor la encuentras en el manga”, opina Raúl.
MEOW MEOW
Uno de los lugares de venta de anime y manga más grandes de Guatemala es Meow Meow Shop, que actualmente cuenta con un local de dos niveles en la zona 1 y con una gran variedad de mangas de diferentes editoriales.
América Morales, una de las fundadoras de la tienda, cuenta que en un inicio el negocio empezó en 2020 como una tienda en línea, y que había cierto temor por parte de la gente de comprar con ellos debido a que no existían tantos comercios dedicados a estos productos como ahora.
“Nunca se nos pasó por la mente que fuéramos a crecer tanto. Le soy sincera, la gente, en un inicio tenía miedo, o pensaban que, al momento de comprar con nosotros por medio de pedidos los íbamos a estafar, ya que había muchos casos de estafa en ese momento. Pero con el tiempo la gente confió más en nosotros y se animó a comprar sus mangas favoritos”, cuenta América.
También cuenta que la popularidad de Meow Meow y otras tiendas en Guatemala se debe no solo al auge de la cultura del manga y anime, sino del crecimiento y aceptación de otras actividades como las convenciones.
“Nosotros tuvimos una época en donde invitábamos a pequeños emprendedores a ir a nuestra tienda y dieran a conocer sus productos. Al final, no se trata de una rivalidad entre comercios, sino de apoyarnos mutuamente para beneficio no solo nuestro, sino el de las personas apasionadas a esta cultura”, dice América.
EDITORIALES Y VERSIONES
Actualmente los negocios de venta de manga solicitan los productos de diferentes editoriales, sin embargo, las más consumidas por el público guatemalteco son los traídos de las editoriales Panini de México, Ivrea de Argentina y Norma de España, aunque no se descartan productos traídos desde Estados Unidos o incluso de Japón.
“En un inicio, cuando el manga no era algo tan popular, nuestra única opción eran mangas traídos de España, pero representaba un costo elevado de envío. Con el paso del tiempo obtuvimos contactos de personas que nos podían enviar mangas desde México y Argentina”, explica Jennifer Rodríguez respecto a la forma de obtener mangas en la tienda Otakustore.
Cada editorial maneja el manga de forma diferente.
Como lo explica Capuano, no es lo mismo un manga de una misma serie hecho en Panini que en Norma, ya que el último maneja un calibre de papel más grueso, con diferencias notables en el papel, la tinta e incluso la utilización de contracubiertas.
“Si uno se pone en una mano un manga de Panini y en la otra mano un manga de Norma notará la diferencia. Resulta sorprendente incluso cómo se manejaba la calidad de mangas hechos por editoriales de antes, como Glenat o Vid”, explica Capuano.
“Cada editorial tiene sus propias características, como la incorporación de páginas a color o extras como separadores o posters. También hay que tomar en cuenta los modismos que traen los mangas dependiendo de la editorial, siendo Panini el que más se acerca de un español neutro”, explica Capuano.
MANGAS GUATEMALTECOS
A pesar de que el manga está ligado a Japón, no quita que en otros países se hagan propuestas de lanzar novelas gráficas en este formato, siendo Guatemala uno de ellos.
Tal es el caso de la Revista Mine Shoot, un proyecto que busca promover el trabajo de mangakas (nombre dado a las personas que escriben y dibujan mangas) originarios de Guatemala por medio de recopilatorios.
Actualmente la revista ha publicado dos tomos que recapitulan cinco historias cortas escritas y dibujadas por guatemaltecos.
Alexander, uno de los editores de la revista, cuenta que la idea empezó a surgir en 2020 y que el primer tomo de la revista salió en 2022.
“La idea principal es crear un espacio de publicación para todos los artistas de manga en Guatemala para que no tengan que enfrentarse a la dificultad de ir a otro país y que no tengan la certeza de si sus trabajos se publicarán o no”, afirma Alexander.
También cuenta que actualmente la revista trabaja en el tercer número que también contendrá más historias cortas de mangakas guatemaltecos, pero alienta a personas dedicadas a este arte a participar y a exponer su trabajo.
“Nuestra idea es crear una conversación con el autor e ir revisando la obra entre ambas partes. Pedimos siempre que nos envíen propuestas de historias, no aceptamos trabajos ya hechos porque se complica mucho por factores como la resolución de la imagen, las dimensiones de las hojas de la revista y demás”, dice el editor.
Respecto a otros registros de mangas hechos en Guatemala, está el caso de Kazuhiko, una obra de 2006 que fue escrita y dibujada por un guatemalteco Justo Alberto Telón, que tiene el pseudónimo de “Karei” y que fue distribuida por la editorial Magna Terra, pero que actualmente solo cuenta con un solo tomo.
También está MangaLine GT, la primera editorial especializada en manga en Centroamérica y que cuenta con representación en otros países como España, México, Chile y Perú.
ACEPTACIÓN
Quién diría que las palabras del crítico y traductor español Santiago García (Trajano Bermúdez) en 1995 seguirían vigentes hoy en día, donde afirmaba que “el fenómeno manga ha cambiado por completo el rostro al mercado del tebeo, propiciando la aparición de un nuevo tipo de aficionado, tremendamente activo con las formas narrativas de la historia nipona”.
Contrario a la percepción negativa que había hace algunos años, el manga, el anime y la cultura japonesa han tenido un mayor recibimiento y aceptación con el paso del tiempo en Guatemala, una tendencia que no parece ir a la baja.
Según Jennifer González, algunas personas anteriormente no expresaban abiertamente su gusto por este contenido y que incluso era mal visto hasta el punto de calificarlo como “diabólico”.
“Hoy en día el manga y anime se han normalizado tanto que personas que no son afines a estos medios los consumen, porque también se pueden encontrar grandes historias como se pueden encontrar en series, películas o libros”, dice.
También cuenta numerosas anécdotas en donde personas que no estaban familiarizados con el manga, cuestionaban con algo de preocupación y dicho contenido era apropiado para los niños y si no contenía elementos "pornográficos" o "satánicos". Sin embargo, esto no ha impedido que los adultos también se interesen en este contenido y qué lo hace tan atractivo para sus hijos.
"Hay muchos papás que vienen con nosotros y nos preguntan si el manga que quiere su hijo es apto para él y muestran más interés en conocer de qué se trata este formato. Eso es lo bueno del manga, que tiene tantos géneros y temáticas que uno puede encontrar lo que sea y aquello con lo que puede conectar, no se queda en un solo nicho, sino que, como formatos de entretenimiento, tiene de todo para todos", dice González.