En realidad los cuatro Beatles llevaban sin trabajar juntos desde el 20 de agosto de 1969, día en que concluyeron la grabación del álbum Abbey Road. “Pero no dijimos: ‘Vale, se ha acabado, último disco, última canción, ultima toma'”, recordaba en su día Ringo Starr, para quien “siempre existía la posibilidad” de que los Beatles hubieran seguido juntos.
Hasta que McCartney, con motivo de la publicación de su debut en solitario, distribuyó una nota de prensa que incluía una serie de preguntas y respuestas. En ellas hablaba de su “ruptura” con los Beatles y descartaba volver a trabajar con el grupo.
El álbum que lanzó incluía este tema Maybe I’m Amazed.
El 10 de abril de 1970 los diarios británicos titulaban en sus portadas que McCartney dejaba los Beatles, lo que inmediatamente se interpretó como el anuncio oficial de la separación del grupo, cuyos miembros estaban por entonces inmersos en varias batallas internas en las que Paul se había quedado solo frente a los otros tres.
La guerra de los Beatles
McCartney se había opuesto -y el tiempo le dio la razón- a que Allen Klein, un “tiburón” que había trabajado antes como mánager de los Rolling Stones, se convirtiera en representante del grupo. Después criticó públicamente el trabajo que el productor Phil Spector hizo con las grabaciones del álbum Let It Be -una de las grandes controversias artísticas de los Beatles-. Y tampoco se mostraba de acuerdo con que su disco en solitario se publicara después del de Ringo y de Let It Be.
En ese clima de enfrentamiento, Paul decidió que había llegado el momento de compartir con “todo el mundo” la cruda realidad de que los Beatles no existían como grupo desde hace meses, en concreto desde el momento en el que, según McCartney, John Lennon había dicho a sus compañeros: “lo dejo”.
Y es cierto que Lennon, que por entonces ya había comenzado a actuar y publicar por su cuenta junto a Yoko Ono, ni siquiera estuvo presente en la última sesión de grabación de los Beatles, que reunió el 4 de enero 1970 a los otros tres miembros del grupo para terminar las canciones que acabarían formando parte del álbum Let It Be, publicado finalmente en el mes de mayo.
Una exclusiva mundial que nadie vio
Pero no era la primera vez que Paul McCartney revelaba públicamente que los Beatles habían terminado. Ya lo había hecho unos meses antes, en noviembre de 1969, en una entrevista a la revista Life desde su granja de Escocia. Sorprendentemente, el anuncio pasó desapercibido para los periodistas de la revista y para el mundo en general.
Lo cuenta Tom Doyle en su libro Man On The Run. Paul McCartney in the 70’s. Dos reporteros de Life encuentran al beatle en su retiro escocés y finalmente consiguen hablar con él. En la conversación, el músico declara que “el asunto de los Beatles se ha terminado”, que el grupo “ha estallado” por culpas propias y ajenas.
Arrastrada por el bulo que circulaba en aquellos días de que McCartney había fallecido y que su muerte se mantenía en secreto, Life tituló su reportaje: El caso del beatle desaparecido: Paul está aún entre nosotros. La sensacional exclusiva mundial quedó relegada a un párrafo que nadie leyó con la atención suficiente.
“El sueño se ha acabado”
El anuncio de McCartney publicado el 10 de abril tuvo, entonces sí, un efecto demoledor sobre el público y sus propios compañeros, que apenas podían disimular su malestar por el modo en el que se había comunicado el final del grupo. Este sentimiento perduraba veinticinco años después, cuando McCartney se reunió con George y Ringo para contar la historia del grupo en el proyecto documental Anthology.
Bastaba escuchar a George Harrison: “Paul intentó aprovecharse un poco de la situación. Mientras los demás nos limitábamos a aceptar el hecho de que nos habíamos separado, él sacó partido: ‘Oh, acabo de sacar mi álbum. Y por cierto, se me olvidaba, The Beatles se han separado”.
Tras el anuncio de McCartney, John Lennon intervino públicamente para reclamar su protagonismo en la creación y disgregación del cuarteto: “Yo formé el grupo y yo lo disolví. Así de sencillo. Mi vida con The Beatles se había convertido en una trampa”.
A Lennon le corresponde, sin ninguna duda, la autoría del mejor epitafio del grupo:
“Fue maravilloso y se ha acabado. Así que, queridos amigos, solo nos queda seguir adelante. El sueño se ha acabado”.
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