CULTURA
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El artista guatemalteco Walter Peter Brenner obsequió una escultura al presidente de Argentina, Javier Milei
"Atlas: Pilar del Mundo" es el nombre de la pieza que el guatemalteco entregó al mandatario argentino en la sede del Ayn Rand Center Latinamerica en Buenos Aires.
Javier Milei, presidente de Argentina; María Marty del Ayn Rand Center Latinamerica; y el artista guatemalteco Walter Peter Brenner. (Foto Prensa Libre: Cortesía María Fernanda de Peter)
Recordado por haberle dado vida a esculturas como el famoso gigante de Ciudad Cayalá o el inmenso puño metálico que rompe el suelo de una esquina en la zona 4 capitalina, el artista Walter Peter Brenner ha hecho una carrera por más de tres décadas en la que ha esculpido figuras que representan a personajes, así como ideas alrededor de lo sublime y lo poderoso.
El artista guatemalteco entregó ayer en la tarde una réplica de su obra Atlas: Pilar del Mundo al presidente argentino Javier Milei, durante un acto del Ayn Rand Center, en Buenos Aires, Argentina.
Esta organización internacional de la sociedad civil promulga las ideas de la filósofa y escritora rusa Ayn Rand, recordada por su defensa del “objetivismo”, un sistema de ideas que, a grandes rasgos, plantea la búsqueda personal e individual de la felicidad a través del uso específico de la razón.
Atlas: Pilar del Mundo es una obra que se acerca a simbolizar lo mismo, señala su autor. De acuerdo con Peter Brenner, esta escultura alude al hombre como centro del universo, así como su único generador de movimiento y valor. Algo que, considera, matiza con las ideas del recién electo presidente.
¿Considera que el arte se puede leer con lentes políticos?
Creo que el propósito fundamental del arte es representar una relación con el mundo y su moral. Puramente un mensaje político, no creo. Yo no envío mensajes políticos, sino de simbolizaciones de valores y virtudes.
En el caso del Atlas, es el uso de la mente como fortaleza de carácter y la práctica de la honestidad indiscriminada buscando la verdad. Indirectamente podría decir que hay un mensaje político. Yo, en lo personal, defiendo el capitalismo y el libre mercado, pero no es lo que simbolizo directamente en la obra de arte.
¿Cómo concibe su proceso creativo a la hora de plasmar esas ideas?
Trabajo como en el Renacimiento: encuentro a un mecenas y analizo la necesidad de una escena. El 90% de mi mercado está en desarrollo inmobiliario, con edificios y casas privadas.
Propongo la idea de una obra escultórica que pueda ser monumental en el edificio y que exprese los valores y virtudes de la arquitectura, que es la madre de las artes.
¿Se limita la imaginación cuando se trata de obras comisionadas en comparación a cuando son obras personales?
Hay clientes que saben un poco mejor lo que quieren y hay otros que no lo saben tanto, pero cuando me dicen que quieren una escultura mía, tengo casi que libertad absoluta.
La idea es que el cliente y el público queden felices con la obra de arte. No hay una limitación en la parte creativa, pero siempre habrá retos que puedan ser mayores.
Una gran parte de su obra está representada por personajes masculinos. ¿Considera que se necesitan más figuras como estas en ser visibilizadas?
Últimamente he tenido la dicha y el honor de hacer esculturas femeninas. Es algo que me faltaba. Es cierto que había hecho mucha figura masculina, pero esa decisión no la tomo porque yo sea hombre y quiero exaltar más, sino porque estoy sujeto en el proceso creativo a hacer una simbolización de ciertos valores y virtudes.
Puede ser que en tal arquitectura se adapte mejor una figura masculina porque está representando mejor al valor. Varias mujeres también pueden hacerlo. Por ejemplo, La musa de la innovación, que está en 4 Grados Norte. Esa escultura fue un éxito rotundo, todo el mundo se toma fotos ahí. Su energía simboliza la innovación.
¿Qué hace que una escultura sea memorable?
Está muy de por medio el valor de la belleza, que a veces es mal comprendida y mal utilizada. Para mí, es 100% objetiva. Es decir, la belleza es armonía y la integración de cada una de las partes con el todo de manera integral y armónica. Si la idea de la obra de arte es clara, tiene sentido, y si al mismo tiempo es bella de manera armónica, será más exitosa.
Javier Milei ha solicitado grandes recortes en varios presupuestos, entre ellos los de cultura. Como artista, ¿qué opina sobre estas medida?
Estoy a favor del capitalismo, del libre mercado y de que haya una república que defienda los derechos individuales con la mayor libertad posible. En Argentina, con tantas décadas de socialismo y controles en la economía, se necesita una terapia de shock.
Va a crear anticuerpos en las personas que salen sacrificadas, pero creo que a mediano plazo los beneficios van a ser mucho mayores que los maleficios que estaban llevando a una inflación extrema. El presidente Milei todavía tiene que lograr sus apoyos.
¿A qué personajes aún no ha representado en sus esculturas pero le gustaría hacerlo?
Me encantaría representar a Odiseo. Lo admiro porque lo siento muy real, con actos de templanza, fortaleza y de carácter. Quisiera esculpir a Prometeo o Alejandro Magno. También he soñado con representar la aventura de unos niños que suben en un globo de helio con un motorcito que ellos mismos inventaron.