“A mediados del siglo XVII, las ideas sincretizadas sobre la muerte ya habían sido procesadas por los pueblos mesoamericanos. Desde entonces el culto a la muerte sincretiza ideas religiosas, deja de tener el sentido de terror y se convierte en la idea del antepasado que vive en otra dimensión”, explica el investigador.
El mundo sagrado prehispánico se puebla de ánimas buenas y nefastas, que entran en contacto con los seres humanos el Día de Todos los Santos y los Fieles Difuntos, el 1 de 2 de noviembre, respectivamente.
Día de Todos Los Santos, en San Juan Sacatepéquez, Guatemala. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro)
Según la tradición popular, las almas que habitan Xibalbá en el mundo maya, como las del cielo y purgatorio cristiano, “tienen el permiso respectivo” del Ajau-Dios Mundo y del Dios Eterno, para salir a visitar a sus deudos, esos días. Se aparecen a las seis de la tarde del 31 de octubre y regresan a su morada a las seis de la tarde del 2 de noviembre.
“Esta evocación se refleja en celebraciones profundas, remotas, coloridas y de mucho significado en Guatemala, desde tiempos de Ixmucané, la formadora de los hombres de maíz , y de Ah Puch, señor que cuida el camino de los muertos a Xibalbá”, comenta Lara
Los guatemaltecos tienen respeto infinito al alma de sus muertos, que son los antepasados que habitan en el mundo de lo sagrado y esos días especiales visitan a los vivos que permanecen en el mundo de lo profano.
Llegan a los hogares y cementerios situados en las cumbres de las montañas, a la orilla de un camino, cerca de los siguanes o de los cerros, para que las deidades de Xibalbá los cuiden, los protejan y guíen para convivir con sus vivos. “Se cree que las almas de los muertos no se van, permanecen todo el año amparando a su gente”.
Día de Todos Los Santos, en San Juan Sacatepéquez, Guatemala. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro).
El Día de Difuntos, los cementerios de Guatemala transforman su silencio en manifestaciones festivas que llenan de color y música estos lugares. Se convierten en el crisol de lo sagrado, mito y rito se hacen uno en las tierras mestizas del Mayab.
Se adornan las tumbas con “flor de muerto”, pino y flores de papel, coronas de ciprés y pino, velas y candelas, se lleva “cabecera” (comida) a los cementerios y se “encumbran” barriletes. Se escucha música entre las tumbas, Se da rienda suelta a la imaginación culinaria popular y ricos manjares se degustan en honor de los difuntos.
Día de Todos Los Santos, en San Juan Sacatepéquez, Guatemala. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro)
Día de Todos Los Santos, en San Juan Sacatepéquez, Guatemala. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro)
Día de Todos Los Santos, en San Juan Sacatepéquez, Guatemala. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro)
Día de Todos Los Santos, en San Juan Sacatepéquez, Guatemala. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro)
Día de Todos Los Santos, en San Juan Sacatepéquez, Guatemala. (Foto Prensa Libre: Edwin Castro)