Así como lo revelan las distintas imágenes rupestres, el movimiento del cuerpo, más que sostener y movilizar a una persona, se permite dialogar.
El antropólogo David C. Roy apuntaba que la danza podía ser, entre tanto, una forma compleja y simbólica con la cual el humano involucra movimientos corporales intencionales, ritmo y música, y que se utiliza en diversos contextos culturales y sociales para expresar emociones, comunicar ideas, y mantener la cohesión social.
Esta concepción de la vida a través de la circulación de los cuerpos, mediados generalmente por un ritmo, ha provocado que la danza sea considerada una de las formas de expresión artística más significativas para las culturas. De esa cuenta, cada 29 de abril se conmemora el Día Internacional de la Danza.
Desde esta premisa, el Centro Cultural de España en Guatemala se prepara este 2023 para compartir un evento donde se reunirán cinco proyectos artísticos que presentan el cuerpo en movimiento como eje central de varias narrativas.
Las propuestas dentro de la activación artística estarán a cargo de Compañía Momentum, Eón Danza, Alejandra Garavito junto a Sebastián Pedro, Naomí Hernández junto a Jorge Rodríguez, y Yutzil Pablo.
Sus puestas en acción serán presentadas el sábado 29 de abril desde las 16:00 hasta las 18:00 horas tanto en el auditorio como en el vestíbulo del Centro Cultural de España (Sexta Avenida 11-02, zona 1 capitalina), al cual podrá acceder un público general de forma gratuita.
Como un tejido que enhebra las artes vivas, el contexto y las bases escénicas –muchas veces a través de la música–, el evento conmemorativo por el Día de la danza responde a un interés coral por construir relatos, explica Eva Bañuelos, gestora cultural y directora del CCE.
El programa está pensado para que sea accesible y diverso. Incluye manifestaciones de expresión contemporánea, urbana y prácticas relacionadas con historias de expresiones artísticas de pueblos originarios de Guatemala, amplía Bañuelos.
La directora del CCE sugiere que avivar estos espacios culturales promueve sacudir la curiosidad alrededor de las nociones que se tienen sobre el movimiento corporal: “La danza ha estado sujeta a la libertad. Se habla muchísimo de cómo el cuerpo encarna nuestra experiencia y nos relaciona con nuestro deseo y expresión humana”, comenta.
Un rizoma de cuerpos
Para Sabrina Castillo Galluser, coreógrafa de la compañía de danza contemporánea Momentum, eventos como el del 29 de abril en el CCE mantienen un gran valor, ya que “pueden dar una idea de qué está pasando en la danza de Guatemala”.
Momentum, que es una compañía en residencia en el Centro de Danza e Investigación del Movimiento de la Universidad Rafael Landívar, presentará el Día de la Danza un extracto de la obra Zona Compartida 29.67, creada en conmemoración para los “casi 30 años del grupo”, según cuenta Sabrina.
Esta coreografía incluye a cinco personas y se basó en la exploración de un mapa trazado a lo largo del área urbana de Guatemala. “Queríamos que viajara por la ciudad, y fue por ello que la presentamos en varios centros culturales de la capital”, explica Castillo.
El evento del 29 de abril en las instalaciones del centro cultural español también procura invitar a que se extiendan diálogos más allá de la mirada urbana. Tal es el caso de la danza de Xib’alb’aok’ot, propuesta por Yutzil Pablo reinterpreta una lectura mencionada en la crónica ‘La relación de las cosas de Yucatán’ escrita por Juan Diego de Landa.
Yutzil quien es bailarina de danza contemporánea y danza maya, asegura que el movimiento corporal incentivado por una historia permite extender un abanico de preguntas sobre la experiencia humana. “Para mí el cuerpo es la forma inmediata de la vida en un plano físico. A partir del movimiento se puede aprender, cuestionar, estudiar, gozar, comprender y reaprender muchas cosas más del contexto en el que se vive”, menciona la artista.
Sobre el encuentro incentivado por el Día Mundial de la Danza, Yuztil comenta que cada vez surge la necesidad de provocar este tipo de reuniones, al menos desde el arte: “Para las hacedoras de movimiento se ha hecho urgente. Es un arte donde se involucra el cuerpo como elemento principal que llama a compartir y echar un bailecito con las y amistades, con la familia, y claro, con el público”.
La insistencia por la activación destaca a los proyectos incluidos dentro de la fiesta organizada por el CCE. Mientras que propuestas como Momentum han llegado a presentarse unas 25 ocasiones en lo que va del año, proyectos emergentes como Eón Danza que arrancó en julio del 2022, comienzan a sumar un recorrido por los escenarios nacionales e internacionales.
Zupa Chicohay, quien integra el proyecto mencionado junto a Kevin Aguilar y Marcos Santos, comenta que luego del estreno de su primera coreografía titulada Bailar con el olvido, han llevado la propuesta hasta Chile, así como han logrado presentarla en Guatemala cinco veces.
Bailar con el olvido es una puesta en escena donde los hombres se permiten bailar, sentir y recordar las fisuras dolorosas que implica la masculinidad. A través de coreografías que mezclan breaking, danza contemporánea y lenguajes teatrales, nace un juego alrededor de la sensibilidad compartida.
“A todos nos atraviesan emociones, sentires y despojos. Bailar con el olvido nace de un conflicto que nos llevó a preguntarnos cómo tratamos de encontrar las respuestas más sensatas siendo hombres. Nos dimos cuenta que una de nuestras acciones para sobrellevar ese momento sin apagarnos era empezando a bailar”, cuenta el integrante de Eón Danza.