Se cree que en Santiago de Guatemala, en el Valle de Panchoy, se comenzó a edificar una iglesia dedicada a la Virgen de Guadalupe, pero no se finalizó por el terremoto de 1773.
El Reino de Guatemala se une a la devoción de Nuestra Señora de Guadalupe, junto a ciudades como Zamora, Oaxaca, Querétaro, Aguascalientes y Guanajuato, y a instancias de Nueva España (México), proclama el juramento de patronazgo a esta advocación en 1738, explica Miguel Álvarez, cronista de la Ciudad.
Después del traslado de la ciudad al Valle de la Ermita o De las Vacas, en 1776, fue uno de los primeros templos que se construyeron. Se inauguró el 9 de diciembre de 1793.
Según la Semana Católica del 9 de diciembre 1893, fecha en la que se celebró el primer centenario del templo, este recinto era pequeño y “provisional, mientras se construía uno digno de la Patrona de América, según la idea y proyectos del fundador —presbítero Pablo Jáuregui—, que donó un gran capital… y que sería uno de los magníficos templos…”. El frente de esta iglesia daba al oriente, y no al norte como en la actualidad, y estaba rodeada de jardines.
La construcción del recinto actual se prolongó 26 años, y fue monseñor Julio Martínez Flores quien se encargó de la obra y se las ingenió para recaudar fondos para sufragar los gastos, y pedir donaciones.
Se estrenó el 9 de noviembre de 1952. “La idea de monseñor era construir un palacio y no un templo. El único campanario indica que es una iglesia donde se administran los sacramentos, pero en el frente tiene una terraza que muestra que es un palacio donde se venera a la Reina de América”, dice Barrios. Además, tiene elementos decorativos de gran suntuosidad.
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