“Sentía que me iba en el universo. Ese total me asombró y me llevó a la pregunta del por qué frente a todo. Al día de hoy me he sentido alucinada por eso, es como estar en un vahío“, explica la también fotógrafa quien durante los últimos 17 años se ha dedicado a explorar su relación a lo cosmogónico y la naturaleza del mundo.
Durante más de una década y a través de su ejercicio personal, como desde la formación y dirección de la escuela La Fototeca, Tezanos ha visto en la fotografía una herramienta para indagar en la conexión de los humanos con su fuente de energía.
A partir de estas indagaciones, la guatemalteca fue invitada el año pasado a la exposición Prendre le soleil (Tomar el Sol), donde junto con otros 39 artistas, propone otra mirada a nuestro vínculo con la mayor de las estrellas del Sistema solar.
Organizada por las curadoras Marta Ponsa, Aurelie Baron y LuceLeBart, Prendre le soleil estará disponible hasta el 21 de abril y será desplegada en el Hangar Y – Paris, Meudon, un revitalizado inmueble del siglo XIX donde se almacenaban dirigibles.
El motivo de la exhibición busca plantear otras formas de comprender al Sol. De acuerdo con el texto curatorial de Prendre le soleil, este astro que suele ser temido o rechazado, “nos recuerda el misterio sublime de su consistencia ardiente”, mientras que sus quemaduras, golpes, huellas o efectos llegan a “activar” la imaginación de los realizadores y por ende, de los asistentes.
La participación de la guatemalteca Clara de Tezanos en la muestra reúne una serie de 50 objetos intervenidos con vidrio, madera, estaño, cuero, tela y otros recursos naturales, que son exhibidos a lo largo del mural. La intervención suele registrar el paso del tiempo y el recorrido que hace la luz, en la medida que el Sol genera sombras de distintos aspectos al pasar por los objetos.
También llamadas Lámparas votivas, las piezas creadas por Tezanos en su taller de La Antigua Guatemala, proponen una reflexión de la imagen más allá de la forma fotográfica. “Llevo muchos años tomando fotografías y observando cómo cae la luz. La obra nace de ese gesto de querer dialogar con ella o de jugar de forma más profunda. Es salirse del cuadrado de la imagen y quedarse con el gesto, que me parece muy poético“, explica la artista.
Cual alfabeto para leer el Sol, la obra desplegada por el mural, también se presenta como una reunión de esculturas artesanales que incluye objetos encontrados por de Tezanos, otros más análogos que abarcan el oficio fotográfico, piezas que eran de su abuela y otros que incluyen materiales traslúcidos u opacos.
Es difícil explicar la singularidad o materialización de cada una de las 50 lámparas, aduce la autora. Sin embargo, hay algunos de los cuales se pueden desprender gran cantidad de reflexiones introspectivas frente al mundo.
Uno de ellos podría ser la diminuta repisa de madera que sostiene una especie de joyero que a la vez sostiene un huevo tallado en vidrio celeste que suele reflectar con el paso de la luz solar. Según apunta de Tezanos la pieza “juega con lo oculto, es como una joya que tenemos adentro o un tesoro expuesto“.
De entre las decenas de lámparas se desprenden ideas que abarcan la fragilidad (como el cascarón de otro huevo), lo cotidiano (mangos de espejos), la observación (un lente de cámara) o la naturaleza misma (un nido de paja).
Las reflexiones son logradas al metaforizar el significado de los objetos intervenidos que en simultáneo funcionan como anacronismos materiales y de uso; por ejemplo, un estuche de cuero resguardando un nido y un prisma. Con estas construcciones libres Clara de Tezanos también propone “juguetes para interactuar con el Sol”.
La conceptualización de los objetos inició en 2022 tras la exposición La fuente es el Sol, realizada por de Tezanos en la Galería Rebelde de Guatemala, y luego de su paso por la residencia artística Temporal en Costa Rica. Previo a su la llegada al Hangar Y de París, la guatemalteca había exhibido otras lámparas en la feria Salón Acme de México e incluso en Art Paris y Maison Objet en Francia.
En Prendre le soleil la guatemalteca muestra la mayor cantidad de lámparas que ha logrado crear hasta la fecha. Lo hace junto a obras como las del legendario fotógrafo británico Martin Parr, la estadounidense Penelope Umbrico quien se ha dedicado a recopilar cientos de miles de fotografías de atardeceres en internet, o junto al astrónomo francés Etienne Trouvelot, quien además hizo una carrera artística en el siglo XIX.
“Es lindo poder coincidir en búsquedas de personas que también han tenido esta revelación del Sol. Siento que he trabajado toda mi vida para esta exposición“, comparte la guatemalteca Clara de Tezanos quien trabajó en sus piezas durante seis meses, previo a llevarlas a Francia.
De acuerdo con la artista guatemalteca, sus indagaciones alrededor de la cosmogonía siguen buscando rumbos entre las sensibilidades y los tiempos venideros. En el arte la realizadora encuentra una forma de hacer magia, que define como ese “espacio de creencia donde podés apropiarte de las cosas” o bien, como una zona entre la ciencia y lo increíble. “Me gusta la contradicción y el balance entre lo racional, lo absoluto y lo intangible”, apunta la artista.