Paradójicamente, esta sobria joven de 25 años y origen indígena, mitad triqui y mitad mixteca, no había visto una cinta en pantalla grande hasta que a los 15 años viajó con su escuela a Puebla, a unos 350 kilómetros de su natal Tlaxiaco.
En Tlaxiaco, un poblado entre bosques del sureño estado de Oaxaca de unos 40 mil habitantes, “hace muchos años cerraron el único cine” que exhibía películas estrenadas hasta cinco años antes, cuenta el veterano Miguel Ángel Martínez, encargado de la Casa de Cultura de Tlaxiaco.
La sala cerró mientras los reproductores de video hacían su aparición, aupando el mercado de contrabando de películas de reciente estreno.
En un mercado al aire libre instalado junto a la iglesia y la torre de reloj, un letrero verde fluorescente que dice “100% clon: garantizado” ofrece por 20 pesos (Q.8.00, aproximadamente) una copia pirata de “Roma”, la última película del laureado Alfonso Cuarón que, en blanco y negro, retrata a su querida niñera, interpretada por Yalitza.
Esta mujer de piel morena, largos cabellos negros y gestos discretos, recién graduada de maestra preescolar y quien creció en su casita de palos y techo de láminas entre flores, vacas y gallinas, se convirtió en la musa de Cuarón y está nominada al Óscar a la mejor actriz.
Racismo
Las improvisadas capacidades histriónicas de Aparicio fueron elogiadas en Europa y Estados Unidos mientras su imagen cubría las portadas de prestigiosas revistas internacionales. Pero con la fama llegó también una lluvia de comentarios racistas y clasistas en las redes sociales e incluso de boca de sus colegas.
“Que metan a nominar a una pinche india que dice ‘sí señora, no señora’, y que la metan a una terna a mejor actriz del Óscar…”, comentó el actor mexicano Sergio Goyri durante una conversación privada que fue difundida en internet.
Otros actores también cuestionaron la vocación y el talento de Yalitza, despertando la indignación de Cuarón.
“Yalitza es de los mejores actores con los que he trabajado. Es un error y una actitud racista pensar que ella solo se estaba interpretando a ella misma, es dar una limitación tan grande a una mujer, solamente por su bagaje indígena”, dijo el cineasta.
Incluso en su propio pueblo, el trabajo de Yalitza ha sido menospreciado.
“A mí no me gustó la película y menos la actuación de ella. Es todo muy trivial”, dijo Rogelio López, un vendedor de joyería de fantasía en Tlaxiaco.
Inexperta, Yalitza ha tenido que defenderse de los “comentarios ofensivos”.
“Espero que acabemos con esta idea, yo en lo personal pensé que no podía formar parte de esto (el cine), que suena como un cuento de hadas porque toda mi vida crecí viendo mujeres diferentes en la pantalla”, dijo a la prensa.
Crónica de un casting insólito
“¡Yo sí quiero que se gane el Óscar, estoy muy orgullosa de que nos represente: a las mujeres, a las indígenas, a las mexicanas, a las trabajadoras del hogar, a la gente de campo. Tantas cosas”, dijo Catalina Chávez, una artesana de 39 años.
Gladys Morales, de 24 años y compañera de Yalitza en primaria, admira la sencillez y templanza con que asume su vertiginoso destino.
“En diciembre estuvo aquí (en Tlaxiaco para las fiestas de fin de año). Yo la vi caminando con su mamá, fueron a hacer las compras, llevaba su rollito de caña, su mamá llevaba su tenate (cesto de palma). Aquí es tan sencilla como siempre”, contó.
¿Cómo llegó la humilde Yalitza hasta la cima del séptimo arte?
En abril de 2016, se lanzó una convocatoria en Tlaxiaco -y otras regiones- para encontrar a la protagonista de “Roma”.
“Yo en quien pensé fue en Edith (Aparicio). Es morenita y muy extrovertida”, cuenta Miguel Ángel Martínez, al explicar que la hermana mayor de Yalitza “tiene una magnífica voz” de cantante, es “muy talentosa, muy sociable, con mucha chispa y carisma”.
Edith llegó acompañada de su hermana e hizo gustosa el casting que consistió en una sesión de fotos y cinco preguntas sobre su vida personal, pero la organizadora insistió en que Yalitza también pasara la prueba.
“Yo no vengo a hacer casting, yo nomás vengo a acompañar a Edith”, dijo Yalitza, según Martínez.
Pero Edith la animó y la llevó “de la mano” a la prueba… hasta que llegó a “Roma” sin saber quién era Cuarón, relata Martínez.
“Ella llega ‘virgen’, eso le permite actuar con tanta naturalidad”, estimó.
De los salones de clase a las salas de cine, ¿tendrá Yalitza que escoger entre dos mundos?
“También con el cine se enseña”, dijo recientemente en una entrevista.
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