El origen del nombre nació del término musical contrapunto, como una técnica de improvisación y composición musical que ve la relación entre dos o más voces independientes. Una interacción en que cada una de las voces que lo integran armonizan entre sí.
La primera vez que se reunieron como grupo de amigos fue en una casa en el Centro Histórico, cerca del Conservatorio Nacional de Música Germán Alcántara. Un grupo de bailarines querían que se plasmaran sus movimientos y se reunieron con artistas de la plástica para hacer este ejercicio de arte. Luego, la idea fue evolucionando y se quiso involucrar a más artistas, a manera de conocer qué se está realizando en Guatemala y quiénes son referentes de distintos movimientos que enriquecieran esta experiencia.
Así podrían compartir literatos, músicos de rock, pop, fotógrafos y otros artistas que están haciendo una labor grande desde su perspectiva y atribuciones, explica Gerardo Orizábal, uno de los promotores de este proyecto que empezó a ver sus primeros pasos durante el 2018.
“Es una manera de empezar a valorarnos y apoyarnos como gremio, conocernos y entre nosotros hacer crecer estos movimientos”, explica el artista Orizábal. “Guatemala es uno de los países más fuertes en diferentes aspectos y también en arte, pero a nivel internacional estamos sin estar visibles en los mayores referentes del arte actual”, agrega.
Aclara también que es un espacio de convergencia donde no se cuestiona si se sabe dibujar o no, o si se tiene preferencias por ciertas técnicas sino de hacer ciudadanía en medio del arte.
Además de tener un lugar donde conversar, conocerse como personas, artistas y de alguna manera derribar muros que existen al no compartir. “Probablemente alguien tiene una idea que no sabe cómo realizar y es en estos espacios donde se pueden encontrar sugerencias, se investiga y se encuentran formas de experimentar”, agrega Orizábal.
Marco Antonio Fausto, artista plástico comparte que para él ha significado salir de su zona de confort porque no existen mayores reglas y ha podido explorar otras maneras de expresión como el baile. De igual forma el reconocido artista Domingo Górriz comenta que se acaba de integrar y en una de las sesiones participó tocando piano.
Mientras para la bailarina María Antonieta Fausto ha significado un encuentro más profundo con la fotografía y empieza en sus primeros trazos de dibujo.
Los puntos de encuentro varían en cada semana, según la disponibilidad de las casas municipales. En ocasiones se abren espacios en Casa Ibargüen, Casa Sánchez & de Guise y también en Casa Barnoya, se anuncia a través de la página de Facebook de Contrapunto o del Instagram. Sábados de 10 a 12.30 horas y lunes de 15 a 17 horas.
En la publicación de Instagram aparece Alice Clarke, artista inglesa compartiendo sus conocimientos.
Este lugar es una escuela experimental donde los participantes se acercan no a hacer obra sino a explorar nuevas formas de arte. La finalidad es que estas nuevas formas le ayuden a seguir creando y aplicando en su camino personal.
¿Qué pasa en cada encuentro?
Cada sesión es especial, un encuentro con el arte en vivo, en algunas oportunidades estarán músicos interpretando, mientras se da el movimiento de los bailarines, los artistas plásticos plasman lo que ven con sus tizas, lápices, tinta y pintura.
“Del lado de la plástica surgen inquietudes del cómo captar el movimiento, ver los colores de la danza, congelar en la memoria del dibujante el movimiento de los cuerpos, comprender las múltiples expresiones de los rostros de los bailarines, repetir y repetir procesos que podrían ir en cámara lenta, de retroceso, contemplar en pausas creadas en la misma improvisación de movimientos efímeros”, dice Orizábal,
Por el otro lado, los bailarines desde su perspectiva observan las formas en que abordan los artistas plásticos sus movimientos a través de la línea, las manchas, el color. No falta el director que sugiere los ritmos de las relaciones que surgen entre los que permanecen en movimiento, las líneas pausadas y las continuas de esa composición en movimientos.
(En el vídeo: Marco Antonio Fausto, artista guatemalteco y Sara Häuser, artista alemana)
Pero en cada reunión podrían participar otras ramas del arte. La invitación está abierta a escritores, pianistas y otros que enriquezcan la experiencia.
Durante casi el año que llevan de trabajo también han asistido algunos invitados internacionales quienes enseñan diferentes técnicas.
Orizábal comenta que la gran finalidad es que Contrapunto deje de ser un proyecto y se convierta en algo más institucional, una academia y que el arte sea más valorado y lleve a los artistas a seguir convergiendo y experimentando.
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