Fantasía Bob Porter
Musical de calidad, Bob Porter presenta en la monumental Sala del Teatro Nacional, apoyado por conjunto “Big Band” de increíble sonoridad. Trompetas, saxos y trombones con reverberante percusión. Cantantes y coros impecables, entusiastas, alegres. Cuerpo de baile enérgico. Mujeres bellas, de sonrisa permanente, torneadas piernas de educada sincronía. La acción teatral un tanto moralina. Escenografía fina, elegante. Vestuario, se lució el sastre. Iluminación, áreas oscuras ocasionales. Amplificación, excelente. Notoria la buena dirección.
Catorce números basados en música navideña, con muñecos de nieve, duendes, niños, renos y soldados de plomo. El público fue tomado en cuenta y riendo participó en la acción. La producción fue de Karina Flores y Patricia Rosenberg, de la compañía Saravandah.
Bel Canto
María Elena Bendix y su esposo Werner Seidl, ciudadano suizo, forman linda pareja que vive en San Pedro El Alto. Gozan el arte y es tradición de estas épocas organizar un concierto de bel canto en su casa.
Este año, en el área musical, Luis Felipe Girón May y nueve de sus alumnos, entre los que estaban German Merino con su potente voz de barítono; Karla Noak, soprano coloratura; Héctor Rivera, con su desenfadada presencia escénica; Jaime Arimany, columnista de este diario, le puso ganas. Otras voces que hicieron vibrar el salón fueron las de Agnes Kretzchmar, Daniel Barreda, Verónica Lottmann, Carlitos Ramírez, acompañados al piano, un bello Bluethner media cola de 1888, por Heber Morales.
Al inicio del programa, Händel, Rossini, Agustín Lara, Mozart, Schubert y Verdi. Conforme declinó la tarde, comenzaron los villancicos, de Adeste Fidelis a Noche de paz. Jornada de música, esmerada anfitriones y añejos cariños, a los pies del Hunahpú.