HORRORES IDIOMÁTICOS Y ALGO MÁS

Complementos del verbo

MARÍA DEL ROSARIO MOLINA

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El complemento, u objeto directo, se enlaza al verbo sin preposiciones, excepción hecha de “a”: “la niña ama ‘a’ su mamá”, pero: “la niña come dulces”. Para reconocer cuándo es directo un complemento puede conmutarse por “la, las, lo, los”: “La niña “la” ama”; “la niña los come”. Si se trata de una proposición subordinada sustantiva en función de complemento directo, jamás puede intercalarse entre esta y el verbo una preposición: “Juan dice ‘que’ no vendrá’”. “Juan ‘lo’ dice”. De la intercalación incorrecta de la preposición “de” entre el verbo y la subordinada viene el dequeísmo: “Juan dice ‘de’ que no vendrá”.

El complemento preposicional exige una preposición: “Hablan del inglés”; se diferencian de los circunstanciales, también precedidos por una preposición, en que al preguntar: ¿De qué hablan?, siempre con el interrogativo “qué”, la respuesta será: “del inglés”. “Yo pienso en ti”… ¿En qué pienso? “En ti”. Si digo: “hablan sin dificultad” (circunstancial) tendré que preguntar: “¿Cómo hablan? Y la respuesta será: “Sin dificultad”. “Se expresan con claridad”. ¿Cómo se expresan? “Con claridad”. Todos los verbos pronominales llevan preposición: “Anita se percató ‘de’ que la puerta estaba abierta” (percatarse). “Se acordó de que no había estudiado” (acordarse). “¿Te alegraste de verme?” (alegrarse). Cuando se suprime la preposición en las oraciones con complemento u objeto preposicional, se incurre en queísmo. Es totalmente inadecuado: “Anita se percató que…”, etc. El objeto directo y el objeto preposicional no son compatibles en la misma oración.

El objeto indirecto sí es compatible con el objeto directo, el preposicional y los circunstanciales y por lo general designa al destinatario del verbo o de este más su objeto directo o preposicional. La preposición “a” siempre se antepone a este complemento: “María da comida ‘a’ su gato”. En esta oración el núcleo verbal se acompaña de un objeto directo: “comida” y un indirecto. “a su gato”. Como en ocasiones la dicha preposición también puede anteponerse al objeto directo, al preposicional o a los circunstanciales, la manera de reconocer el objeto indirecto es conmutar por “le, les”: “María ‘le’ da comida”.

Los circunstanciales pueden acompañar a todos los complementos, varían su colocación en la oración e indican lugar, tiempo, modo: “María da comida a su gato en la cocina a las cuatro de la tarde”. ¿Dónde? En la cocina”. ¿Cuándo? A las cuatro de la tarde. Pueden ser adverbios: “María vive ‘felizmente’ con su gato”.

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