El Colectivo empezó en el 2009 como una iniciativa de la artista Beverley Rowley. Se ha convertido en una escuela artística y en un grupo sólido que está dejando como legado una riqueza de piezas y propuestas en piedra.
Conocerlos es un viaje por el tiempo. En 10 años están llenos de historias, momentos curiosos y logros que compartimos en este artículo.
1. Nació como una idea innovadora
El proyecto ha sido una iniciativa de la artista guatemalteca-canadiense Beverley Rowley.
Ella estudió arte en Canadá y Estados Unidos, en 1986 y 1988, obtuvo varios premios en las Bienales Paiz y en la Bienal de Escultura Carmen Pettersen. En el 2018 recibió el Premio Artista del Año XXXVIII, como extranjera destacada.
Tenía 20 años de su regreso a Guatemala y trabajaba en un estudio para enseñar dibujo y pintura en la zona 1, hasta que encontró en el país la piedra esteatita, conocida como piedra o roca de jabón, la cual es suave e ideal para esculpir.
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Así que con este material sabía que podía enseñar escultura y ofreció el proyecto al Museo Ixchel del Traje Indígena, en el 2009 cuando estaba a cargo de Ana Rosa de Méndez.
Se hicieron algunos talleres cortos en este lugar ubicado dentro de las instalaciones de la Universidad Francisco Marroquín, en la zona 10.
2. Más amantes de las piedras
Rowley invitaba a las personas a trabajar en piedra. Se inscribieron algunos interesados en dos o tres talleres que se hicieron el primer año.
Pero los estudiantes que se acercaron querían seguir con el aprendizaje y hablaron con su instructora para tener un grupo más consolidado.
Así nació Primeros Cinceles, como se llamó el colectivo al principio, con 10 personas aproximadamente.
3. La cita semanal, la de tallar
Desde entonces se reúnen una vez por semana, en el taller de Rowley ubicado en la zona 16 y es ahí donde dan forma a su inspiración.
Los martes y miércoles, en dos grupos distintos, trabajan cerca de cuatro a cinco horas diarias.
La comunidad ha crecido, actualmente es de casi 40 artistas, de diferentes edades.
Ahí trabajan las piezas, la mayoría solo con instrumentos como cinceles, serruchos y todo aquello que sirva para darle forma a las piedras. En total estiman que han creado más de mil piezas.
“Los trabajos del colectivo denotan intereses comunes como grupo, pero sus integrantes se reconocen individualmente diferentes, construyendo su identidad personal como escultores”, describe su creadora.
Algunos de los participantes nunca habían trabajado antes piedra y han aprendido durante estos años.
4. Un cambio en la escultura guatemalteca
Rowley explica que en Guatemala se ha trabajado el barro, resina y bronce, pero pocos se han atrevido a hacer de la piedra su material predilecto.
En la piedra no es posible hacer moldes, cada piedra es distinta. La esteatita fue la primera piedra que se trabajó porque es suave, actualmente también se trabaja mármol y serpentina negra.
Últimamente se ha utilizado el mármol verde aunque es más duro y el mármol blanco, para este último se utiliza maquinaria por su estructura.
“Es muy tardado trabajarlo, es duro para las manos, pesa y se crea una pieza única”, dice Rowley. Actualmente está integrado por nombres como Ana Lucía Figueroa, Bemeka, Elizabeth Pingo, Hyona Angie Chung, María Olga Pinto, entre otros.
5. La primera exposición fuera de casa
El primer hogar de Cinceles fue el Museo Ixchel y ahí se realizaron sus primeras exposiciones.
En el 2012, ya con tres años de existir llegó el 13 Baktun, un cambio de era en el calendario maya y que generó ciertos mitos que se relacionó con el el fin del mundo y predicciones negativas.
Pero, en ese contexto Cinceles quería demostrar que solo era un cambio de época y un nuevo inicio. Así que crearon su primera exposición que salió a la galería del Museo Hotel Casa Santo Domingo en La Antigua Guatemala.
Tetun te’ se llamó, la piedra que habla. Una interpretación de la mística de la sabiduría maya, en la que presentaron 41 piezas esculpidas. Participaron nombres como Enrique Cay, Mónica Torrebiarte, Luisa de Ayau, Arturo Maldonado, por mencionar algunos.
6. El nombre de las exposiciones
Tetun te’, como se mencionó fue una de los primeros ingeniosos nombres de la exposición del colectivo. Que también hace referencia a un juego de palabras que significa una piedra pesada.
Se han presentado otras con nombres originales como Cuando el río suena es porque piedras llevan, relacionada con dichos populares; Erupción de leyendas latinoamericanas, investigando leyendas de toda la región, o Detrás del espejo, que buscaba un espacio más introspectivo de los artistas. En cada una los artistas han tenido que inspirarse y tienen el reto de crear sus propuestas relacionadas con la temática.
7. Por el mundo
El trabajo del Colectivo Cinceles no solo se encuentra en el país. Han salido a presentar sus trabajos a Roma, donde destacaron con Piedras de Fe, que estuvo en la Galería Della Pigna. Estaba inspirada en la cultura y la religiosidad universal.
También se presentaron en República Dominicana, en el Museo de las Casas Reales y en The Box Gallery, en Palm Beach, Miami, Estados Unidos.
8. Otros colectivos
Algunas de las exposiciones, como las últimas dos fueron también compartidas con otros colectivos, con quienes han unido esfuerzos para dar a conocer el trabajo de los artistas en Guatemala.
Uno con el que más han trabajado es con Guatemala es Guatemala, quienes exponen pintura, dibujo, grabados y fotografía, por mencionar algunas de las artes a la que se dedican.
9. El aniversario
Para celebrar una década el Colectivo se encuentra preparando una nueva exposición.
Esta se llamará Reventazón. Aunque el aniversario fue en abril, está programada para hacerse en 10 de octubre, es decir el 10/10, para exponer sus propuestas que les han dado vida durante este tiempo.
10. Consolidarse
Este grupo de artistas tiene en planes seguir formándose y que estos sean los primeros 10 años de trabajo.
El objetivo es seguir cada miércoles o jueves trabajando por las nuevas propuestas. Con los golpes de sus cinceles seguirán dando vida a cada una de sus inspiraciones.