Díaz asegura que las expectativas alrededor de la película se mantienen vigentes a pesar de los cambios y la baja probabilidad de estrenar en alguna sala de cine. La intención de su filme consiste en proponer diálogos que buscan una ciudadanía consciente de la memoria histórica.
Miembro de la Asociación guatemalteca del audiovisual y la cinematografía, Agacine, César se muestra positivo por el debut de Nuestras Madres en Guatemala, aun con las casi nulas opciones de financiación y distribución por parte de las autoridades estatales del país.
A pesar de ello, el también ganador de la Cámara de Oro en el Festival de Cannes de 2019 asegura que el nuevo normal obligará a los realizadores a ser más creativos y adaptables. Con estas ideas en mente, Díaz se encuentra en un punto histórico donde a pesar de la pandemia, su mirada, así como el cine guatemalteco se siguen ensanchando.
¿Qué ha cambiado para Nuestras Madres desde la primera fecha en que fue planificado su estreno hasta ahora?
En su relación con el público, pues no es lo mismo el diálogo que se pueda tener con la película in situ, que al momento que la gente la vea en sus casas. El cine permite que durante una hora y media se esté lejos de un teléfono, en la oscuridad, con buen sonido y frente a una gran pantalla.
Hacer el estreno en línea implica que la gente vea la película en dispositivos, que puedan detenerla, que tengan una buena conexión… Pero esta es nuestra realidad y creo es lo que tenemos que hacer hoy.
¿Qué considera aportará la historia a la actualidad?
Hablar de memoria histórica. Esto construye ciudadanía para las nuevas generaciones que están pensando cómo sanar nuestras heridas, cómo nos reconciliamos como sociedad y cómo logramos encontrar justicia sobre lo que sucedió durante el período del conflicto armado interno.
Otra cosa, de cara a nuestro contexto cotidiano, tiene que ver con la violencia diaria y la manera en que contamos la muerte, y cómo la impunidad está por todos lados.
Nuestras Madres es una herramienta de compresión y reflexión de esta violencia que vivimos ahora y que no es algo que surgió hace poco, sino que acarreamos desde la fundación misma del Estado guatemalteco.
¿Cree este es un momento propicio para la creación de nuevas narrativas?
Creo que sí, y no solo de narrativas, sino que tenemos que adaptarnos a este nuevo concepto de realidad y también al de distribución: poder distribuir la película y que además esta pueda ser monetizada. Además, que pueda ser accesible a la mayor cantidad de personas.
La única posibilidad que tenemos para sacar y monetizar Nuestras Madres es en la plataforma de vídeo norteamericana Vimeo. No tenemos otra opción. Sería bueno poder tener una plataforma centroamericana donde pudiésemos adquirir nuestro cine y solventarlo económicamente.
Todas estas situaciones van a provocar que seamos creativos e intentar algo nuevo.
¿Cuáles son las limitaciones y posibilidades de la tecnología alrededor de Nuestras Madres?
El problema de la distribución y la forma en que está armada. No es lo mismo para todas las personas. Para acceder a la película se debe tener una tarjeta de crédito o débito, buen internet y algún dispositivo para poder verla.
Tecnológicamente excluye a una parte de la población que tal vez vería la película comprando un DVD incluso pirata, o bien, que iría al cine a verla. Hay que soñar con algo que pueda ser más amplio e incluyente.
Ficha técnica de Nuestras Madres
- Director: César Díaz
- Productores: Pamela Guinea, Joaquín Ruano, Geraldine Sprimont y Delphine Schmit
- Elenco principal: Aurelia Caal, Armando Espitia, Emma Dib, Julio Serrano, Karen Martinez y Victor Moreira
- Música original: Rémi Boubal, Luis Pedro González y Jacobo Nitsch
- Países: Guatemala, Bélgica y Francia
- Año: 2019
¿Cómo considera ha mutado la forma de concebir el cine a nivel regional debido a la pandemia?
Creo que el cine ya lo concebíamos a nivel regional, pero la pandemia nos hizo estar casi contra la pared. Podríamos darnos cuenta que la región desde Guatemala hasta Panamá puede funcionar como un único mercado.
¿Hay una actitud más optimista frente a esa concepción?
Guillermo del Toro dice que la condición natural para un proyecto cinematográfico es no hacerse. Tenemos que ser creativos para las nuevas formas de financiar películas. No estoy seguro que la financiación por parte de países europeos vaya a seguir existiendo como la conocemos. Nos vamos a tener que adaptar, imaginar y ser más creativos.
¿Cómo podría mejorar una ley de cine a nivel nacional la concepción fílmica en estas circunstancias?
Dentro de la ley de cine que estamos proponiendo desde Agacine tenemos una parte de distribución donde planteamos cuotas de pantalla que, si en este momento estuvieran funcionando, en lugar de tener Nuestras Madres en plataformas digitales podríamos estar en un canal de televisión abierta y ahí si pudiésemos llegar a más personas.
Pero como eso no existe, es absolutamente la ley del mercado en la cual los canales de televisión deciden qué programan. Debe existir una cuota de pantalla en la cual canales deben programar cine nacional.
Hay otra propuesta que estamos promoviendo con un fondo de distribución el cual nos ayudaría en este momento a hacer más publicidad e incluso nos apoyaría crear nuestra propia plataforma. De momento tenemos que buscar alianzas porque el Estado no está apoyando al cine mediante alguna ley en particular.
Premios
- Cámara de Oro en el Festival de Cannes
- Mejor Director en el Chicago International Film Festival
- Premio Rosellini en Festival Internacional de Cine de Pingyao en China
- Premio Magritte de la Academia de Cine de Bélgica a Mejor Opera Prima
Aún no existiendo una ley de cine, ¿es Guatemala un terreno propicio para la futura creación de cine por parte de nuevos realizadores?
Lo es, y la prueba es que el año pasado en este país estrenamos en todos los grandes festivales que podíamos: Berlín, Cannes, Rotterdam, Venecia y San Sebastián. Entre Temblores, La Llorona, Nuestras madres, La asfixia, Pólvora en el corazón y Los fantasmas, Guatemala estuvo presente en grandes escenarios cinematográficos.
Es un momento histórico para seguir empujando situaciones, para que las nuevas generaciones puedan contar sus historias; hay muchas que se deben contar.
¿Qué les depara a los cineastas jóvenes con un contexto tan ambivalente en el que hay precedentes con distintos estrenos y como contrapeso el Estado no ha financiado estas en su totalidad?
En general, nos queda formarnos, creer en nosotros mismos, creer que podemos contar historias, en que podemos estar en escenarios a nivel mundial y seguir exigiendo una ley de cine.
¿Cómo va el proceso de Los Jueces, su próxima película?
Hay una nueva versión de guion, pero con la pandemia tomará mucho más tiempo. Tuvimos el apoyo de Ibermedia en escritura. Queríamos ir mucho más rápido, pero nos dimos cuenta que es una película grande. Ahora hay que pensar los proyectos más pequeños para que puedan realizarse fácilmente.
¿Por qué la importancia de contar una historia como esa?
Porque es una necesidad para mí. Cuando leí la novela (de Arnoldo Gálvez Suárez) imaginé una película y de pronto me sentí identificado con lo que estaba sucediendo. Para Guatemala es una historia que habla de cómo se hace justicia en un lugar donde no hay justicia. Me pareció espontáneo poner ese debate sobre la mesa y poder reflexionar juntos.
¿Es una convicción suya rastrear las historias desde un contexto sociopolítico en Guatemala?
Uno tiene obsesiones, afinidades, así como hay cosas que lo mueven y que lo emocionan. De pronto uno también tiene que ser honesto consigo mismo. Las historias que me gustan tienen que ver con contextos sociales y políticos determinados.
Durante el fin de semana del 17, 18 y 19 de julio, se podrá comprar el acceso para ver la película Nuestras Madres a través de la plataforma Vimeo on Demand. El costo de la entrada es de Q37.
