La fiesta ha incluido conversatorios con autores de Iberoamérica tanto de literatura, como de ciencias sociales y del cine. Por cuenta de esta última área, el festival ha dedicado un conversatorio bajo el título Cine y literatura en Centroamérica.
El encuentro convocó por parte de Guatemala a la productora de cine Pamela Guinea, el director y guionista Jayro Bustamante, así como al escritor y periodista Arnoldo Gálvez Suárez. El espacio de diálogo fue mediado por el periodista panameño Daniel Domínguez, en el auditorio del Centro Cultural de España durante la tarde del sábado 28 de mayo.
¿Es el cine más importante que la vida? Esta fue la primera pregunta que detonó el periodista panameño a la guatemalteca y los guatemaltecos.
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Jayro Bustamante, ganador del Oso de Plata en 2015 dentro del Festival de Cine de Berlín por su película Ixcanul, subrayó que el séptimo arte es un “reflejo de la vida“, así como una herramienta sencilla para entender la existencia a través de los sentidos. Compartió que para él, asistir al cine es una oportunidad para “conocer cómo ven y comprenden otras personas el mundo”.
La productora Pamela Guinea, quien ha estado involucrada en filmes como Nuestras Madres y La Jaula de Oro –ambos ganadores en el Festival de Cannes- apuntó que el “cine no está por encima de la vida”, ya que se debe priorizar en cómo se sienten las personas involucradas en las producciones, y sobre todo, desde el respeto de los equipos que cuentan esas historias.
Arnoldo Gálvez Suárez, escritor del libro Los Jueces y que será llevado al cine mediante un guion adaptado junto a César Díaz, señaló que el cine es una parte de la vida que no puede omitirse y que es potenciable desde la ficción a entender la realidad. “Hay áreas del conocimiento que se encargan del presente, pero la ficción nos lleva a todo lo que puede llegar a ser“, compartió.
Los autores opinaron sobre el oficio de la escritura y su frontera entre el cine y la literatura. Guinea expuso que el hecho de imaginar una historia ya es un arte, y que este se magnifica al quedar en la mente de las personas que conocen los hechos.
Al hablar de la relación cine y literatura surgió también la pregunta sobre el futuro que puedan tener los libros. Aunque la interrogante llevó a los panelistas por varias sendas, no hubo una respuesta unánime.
Entre dudas y asimilaciones basadas en la nostalgia por leer libros impresos, Pamela Guinea aseguró que la evolución del mundo tiene varias implicaciones, por lo que, más allá de prever si se dejarán de publicar libros, es necesario pensar en la resistencia de las ideas.
Por otro lado, Arnoldo Gálvez Suárez subrayó que el interés por los libros sigue presente y ejemplificó que al menos, durante los días de Centroamérica Cuenta, no había visto el auditorio vacío. “Los humanos somos un mono que cuenta“, dijo el autor quien además señaló que, de quitarnos el poder de narrar, prácticamente dejaríamos de ser humanos.
Jayro Bustamante opinó que la lectura es un hábito que ha disminuido, por lo que desde producciones audiovisuales se puede encontrar una gran oportunidad y responsabilidad para compartir el conocimiento que se ha diluido.
En cuanto a los desafíos de presentar historias audiovisuales, los invitados y la invitada opinaron que hay brechas por sobrepasar, entre ellas la difusión de películas en salas nacionales de cine, puesto que no hay políticas que presten tanta atención al cine producido en el país más allá de títulos hollywoodenses.
Pamela Guinea señaló que además de superar el miedo por ver nuestra propia realidad reflejada en pantalla, es necesario llegar a las audiencias mediante formas autogestionadas, alternativas y comunitarias, y ser una resistencia frente a las grandes multinacionales del entretenimiento.
