El libro, estructurado en 49 capítulos a lo largo de 275 páginas, profundiza en la precoz llegada al estrellato de la cantante de 41 años, en cómo su trayectoria profesional se vio condicionada desde los inicios por sus familiares y cuánto afectó esto a su salud mental.
“Para mis hijos, que son el amor de mi vida”, reza la dedicatoria de esta obra que cuenta también con un agradecimiento final a sus admiradores por impulsar el movimiento #FreeBritney, que en 2021 consiguió liberarla por presión popular de una polémica tutela legal a la que estuvo sometida por parte de su padre durante 14 años.
También se cuentan detalles acerca de su relación con su madre, Lynne Spears, quien la trataba como una “niña robot” que tenía que cuidar su dieta al máximo para no “parecer gorda” desde su fulgurante irrupción en el programa juvenil The Mickey Mouse Club.
Otro de los pasajes más impactantes sobre su madre pone el foco en que ambas bebían daiquiris juntas durante viajes familiares a Biloxi (Misisipi, EE. UU.) cuando apenas tenía 14 años.
“Me encantaba poder beber con mi madre de vez en cuando”, relata la autora de Oops I did it again para añadir que a ambas les sentaba bien la bebida, mientras que su padre “se deprimía más” cuando ingería alcohol.
Además, la artista natural de McComb (Misisipi, EE. UU.) habla de la difícil época de su divorcio del rapero Kevin Federline, en 2007, que acabó derivando en un violento enfrentamiento con un grupo de paparazzi y, a la postre, que se le impusiera una tutela legal y que acabara interna en centros psiquiátricos varias veces durante los siguientes 12 años.
En 2008, a los 27 años, fue internada por segunda vez en un centro psiquiátrico, lo que llevó a la cantante a un grado de desesperación tal que, según cuenta, le hizo pensar que su familia quería matarla.
“Después de que me sujetaran en una camilla, sabía que podían inmovilizar mi cuerpo cuando quisieran. Podrían haber intentado matarme, pensé. Empecé a preguntarme si querían matarme”, narra Spears.
A lo largo del libro también menciona que en esta etapa consumió antidepresivos como el Prozac por motivos de salud mental, pero que su única droga de “elección voluntaria” ha sido el Adderall, fármaco utilizado habitualmente para tratar los síntomas de TDAH.
“Lo que más me gustaba es que me daba unas horas para sentirme menos deprimida. Era lo único que me funcionaba como antidepresivo y realmente sentía que necesitaba uno de esos”, rememora la intérprete de Toxic.
Del sonado romance con Justin Timberlake a la aventura con Colin Farrell
En los últimos días ya se había adelantado una de las grandes revelaciones de estas memorias: durante su noviazgo con el también cantante Justin Timberlake, que abarcó de 1999 a 2002, tuvo un aborto que para ella fue una “sorpresa” pero no “una tragedia”.
“Si hubiera dependido sólo de mí, nunca lo habría hecho. Y sin embargo, Justin estaba tan seguro de que no quería ser padre”, desvela Spears, que incluso describió el dolor físico de la interrupción del embarazo como “una de las cosas más agonizantes” que ha experimentado.
Asimismo, también contó que con Timberlake, a quien conoció en el programa The Mickey Mouse Club, mantuvo encuentros sexuales desde los 14 años.
Una relación cuya ruptura marcó profundamente a la cantante, quien se fijó posteriormente en el actor irlandés Colin Farrell, hasta el punto de colarse en el rodaje del filme de acción S.W.A.T (2003) en Los Ángeles para conocerlo en persona.
La exponente del pop recuerda esta “apasionada” aventura que duró dos semanas como algo que no acabó trascendiendo, pero que por un “breve momento” pensó que “podía haber algo ahí” y que trató de autoconvencerse de que realmente no le había ido tan bien con él para olvidarlo.
Una espinita clavada con el mundo del cine
Recientemente, el diario británico The Daily Mail publicó el casting que realizó Spears para tratar de hacerse con el papel protagonista del drama romántico The Notebook (El Diario de Noa, en español), estrenado en 2004.
Un papel que perdió ante Rachel McAdam pero que no le supuso ningún problema más allá de que “hubiera sido divertido volver a coincidir con Ryan Gosling”, el otro protagonista, tras su paso por The Mickey Mouse Club.
Sin embargo, si hay un proyecto cinematográfico que lamenta haber rechazado, es el de “una villana que mata a un hombre y, además, canta y baila mientras lo hace” en la adaptación cinematográfica de Chicago (2002).
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“Si hubiera sido lo bastante valiente como para no quedarme en mi zona segura, si hubiera hecho más cosas que no estuvieran dentro de lo que conocía…”, lamenta Spears 21 años después.
Las memorias The Woman In Me, publicadas por Gallery Books -del gigante editorial Simon & Schuster-, ya están disponibles en inglés y se prevé que este jueves 26 de octubre salga la versión en español para el público hispano.