El filme logró 38 reconocimientos en festivales internacionales y permitió al país figurar en la lista de posibles candidatos a los premios Óscar y los Globos de Oro.
Sin duda, un año fructífero y ajetreado para el artista de 38 años que desde niño soñó con trabajar en el cine, pero no como actor, sino detrás de las cámaras.
¿Quién es?
Jayro Bustamante es de fácil palabra y no se limita a responder cuando se intenta conocer un poco más de su vida detrás de la fama que logró este año. De lo único que prefiere no hablar es de su vida sentimental. “Prefiero no contarte porque se vuelve demasiado turbio”, dice entre risas.
Su historia, de la que se conoce poco, comenzó a orillas de Panajachel, Sololá, donde vivió su etapa de “Pan”, como él la llama, mientras sus ojos se iluminan al viajar a su niñez.
Un teatro de marionetas que inventó era su juguete favorito, el cual utilizaba para montar obras de teatro que presentaba a amigos y vecinos. “Siempre estuve buscando que hacer creativamente”, recordó en una entrevista sentado en un tranquilo café.
Al cumplir 14 años, Jayro se trasladó con su familia a la capital para estudiar… con un dejo de nostalgia dijo: “Panajachel sigue siendo mi pueblo. Yo soy del lago”.
Consciente de que el cine era lo suyo, su preparación siempre fue en esa línea. Primero cursó Mercadotecnia y Publicidad. “Era lo único que tenía un vínculo con el audiovisual”, menciona.
Luego, llegó la universidad donde estudió Publicidad que le abrió el camino para ingresar a ese mundo creativo. Trabajó por un tiempo en ese campo y logró ahorrar para emprender el viaje que le cambiaría la vida.
“Con mi madre habíamos hecho un estudio para saber cuánto necesitaba, cuánto tenía que ahorrar, cuáles eran las mejores escuelas y el proceso para poder irme a París”, indicó.
A Francia llegó sin dominar bien el francés, pero eso no impidió que se abriera camino. “Trabajé en un montón de lugares. Cuidé a un señor que era parapléjico, fui mesero, trabajé en una tienda de souvenir, hice traducciones de libros, fui guía de turismo”, todo por pagar sus estudios de cine, que lo llevaron a filmar su ópera prima, Ixcanul.
Intenso trabajo
Según Jayro, “lo que la gente llama éxito simplemente es fruto de un trabajo que sigue en proceso”, un trabajo que no ha realizado solo, pues asegura que mucha gente está detrás de sus logros.
Una de esas personas es su madre, Marina Peralta, con quien tiene una estrecha relación. Además de ser su amiga es su socia en La casa de producción, la productora que él montó para poner en marcha sus proyectos. Por eso, no es de extrañar que Marina, como suele llamarla, estuviera presente en las conferencias de prensa que Jayro ofreció este año en el país.
“Ella siempre me ha apoyado. Ha sido una mujer independiente y nos ha inculcado eso”, refiere con ojos de orgullo, pues también fue ella quien lo conectó con la historia de María, la cual retrató en Ixcanul y le ha dado reconocimiento internacional.
La finca de café a las faldas del volcán de Pacaya donde su mamá se crió, fue el escenario que el cineasta eligió para filmar el relato de aquella joven cakchiquel. Ese coloso fue el protagonista de su primer largometraje, pero también lo fue de su infancia, ya que en esa finca Jayro junto a sus dos hermanos menores acostumbraba pasar sus vacaciones. “Para mí el volcán es un sitio energético”.
Durante tres años se dedicó por completo a Ixcanul, y 2015 fue el más ocupado. Además de viajar a varios festivales y exhibir la cinta en el país, también tuvo un intenso trabajo para impulsar la cinta en la carrera de los Globos de Oro y los Óscar.
La postulación no se dio, pero el nombre de Guatemala se escuchó por primera vez en los premios más codiciados del séptimo arte gracias a su trabajo.
Ixcanul consiguió este año 38 galardones y está entre los 10 filmes latinoamericanos más destacados del 2015, lo que representa un logró más para Jayro, quien aseguró que se tomaría un corto descanso, para luego retamar sus proyectos y volver a los festivales de cine. En puerta está una nueva película que se llamará Temblores y se filmará en el país.
También destacaron
Las notas nacionales también destacaron este año, y estos son algunos de los artistas que le han dado orgullo al país.
Gaby Moreno
Mientras un nuevo disco se prepara en el estudio, Gaby Moreno cosechó este año varios frutos de su intenso trabajo.
La guatemalteca fue invitada por el cantante puertorriqueño Tommy Torres para grabar la canción Ven, que salió en agoto. Su voz también figura entre las 10 latinas que cantan vallenato en el disco Mujeres por Colombia.
Gaby participó en septiembre en los Premios Herencia Hispana junto a destacadas estrellas, y fue invitada a la Casa Blanca.
Bohemia Suburbana
La banda de rock nacional regresó a la escena musical con un disco esperado por todos: Imaginaria, que fue lanzado en abril y meses después se presentó una edición especial en vinilo.
La producción, que llegó después de su álbum homónimo —publicado en el 2009—, se ubicó en la lista de los mejores discos de las Américas del 2015, creada por el sitio internacional especializado en arte y cultura Zambombazo.
Francis Dávila
En agosto, el DJ nacional presentó su nueva canción We Can be Anything, un tema con un mensaje positivo que se complementó con un clip protagonizado por la compañía de baile de la Fundación Artes muy Especiales y como escenario tiene el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias.
La canción se ubicó durante 10 semanas en la lista de los 20 temas más bailables del momento del programa World Dance Music, dirigido por el español Luis López. Dávila fue el único latinoamericano del ranquin.Bohemia realizó varias presentaciones con éxito en el país.