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La carrera de Porter se extendió por más de siete décadas y estuvo definida por una gran afición a la trompeta, y por supuesto, a la música en general.
Todo empezó cuando el estadounidense recibió una trompeta en 1937 como regalo de Navidad por parte de sus padres. “Creo que la compraron barata porque pensaron que solo sería una entretención”, comentó entre risas a Prensa Libre en 2014.
Con el pasar del tiempo, aquel regalo se convirtió en el punto de partida de un camino tan aprovechado como longevo. El músico formó su primera banda durante la escuela secundaria.
A los 18 años se enlistó en el ejército. En aquel entonces la Segunda Guerra Mundial no daba tregua, pero aún así Porter ingresó a una base de la Fuerza Aérea del sureste de California donde, todas las noches de los miércoles y los sábados se empeñaba en tocar trompeta para sus camaradas.
Finalizada la guerra, ingresó a estudiar música en la Universidad de California en Berkeley. Luego de graduarse, empezó una escalada musical que transcurrió a lo largo de la década de 1950.
En ese entonces formó la banda The Lancers. Además, se le recuerda por haber sido parte de conjuntos musicales como The Ames Brothers o la afamada orquesta de Ray Coniff.
Además de la música, también hubo un gran espacio para el amor. En 1957, Bob se casó con Marcelyn Mittendorf, tan solo tres meses después de conocerla. Su esposa era hija de un productor de televisión y a la vez fungía como editora de guión en programas.
Eso propició que Bob se adentrara en el mundo de la producción y los arreglos para televisión en California.
Una vez el multifácetico había encontrado un lugar sólido en el paraje creativo de su país, encontró y abrazó la religión Bahá’i; doctrina que profesa la unidad de la raza humana, la libre investigación de la verdad, la eliminación de todo prejuicio, la armonía entre ciencia y religión y el acceso universal a la educación, entre otros principios.
Una vez el músico había llegado a la cima de su carrera en Los Ángeles (durante la década de 1960), se le propuso promulgar su religión en otro país. Las opciones eran Japón, Filipinas o Guatemala. De estas, Porter eligió la tercera a donde viajó con su esposa y tres hijos.
En Guatemala, el reconcido artista consiguió trabajo como profesor de inglés en el Colegio Belga y su esposa Marcie trabajó en el Instituto Guatemalteco Americano.
Tal y como expresa una reciente carta familiar dirigida a la memoria de Porter, “una nueva vida había empezado para la familia Porter”.
Pero la pasión nunca se fue. La música seguía vibrando en Bob y tenía que seguir manifestándose. Un año después de haber llegado a Guatemala, el productor incursionó en el ámbito nacional. Hizo arreglos para comerciales radiales y televisivos de distintas marcas (entre ellas, Volskwagen, Toki o Pantyhose corazón).
Pasado el tiempo, Porter se acercó a músicos y cantantes nacionales. Uno de los méritos de Porter a nivel nacional está enlazado a la trayectoria que tiene como uno de los arreglistas más frecuentes de la Orquesta Sinfónica de Guatemala. También fue arreglista de la Sinfónica de El Salvador.
También formó una orquesta (que lleva su nombre) a la que integró a los que consideraba mejores músicos y cantantes del país -entre ellos el maestro Fredy Farfán o la cantante Rocío Recinos, quienes se desempeñan ahí hasta la fecha-.
La Orquesta de Bob Porter ha participado en varios festivales internacionales, donde ha recibido galardones “por la originalidad de sus arreglos” que mezclan ritmos latinos y dixie.
La orquesta grabó ocho discos, y ha amenizado eventos con sus mejores éxitos; todos provenientes del entusiasmo, la pasión y la confianza que Porter transmitió.
Al igual que las melodías, la fe y la espiritualidad -en este caso desde la Bahá’i- también se convirtieron en motivo de reconocimiento hacia el músico estadounidense.
El 7 de enero de 2021 ha dejado en la Historia una marca que invitará a las personas a conmemorar los valores de ese creador tan irrepetible como lo fue Bob Porter, quien en una ocasión comentó a su hijo Curt que el día que partiera de este mundo, desearía que todos estuvieran felices por él, pues sería el momento íntimo de su reunión con su amado Creador.
Despedida en redes
Luego de darse a conocer el fallecimiento de Bob Porter, usuarios en Internet -entre ellos músicos y agentes culturales del país- manifestaron su respeto y admiración por el músico estadounidense:
Desde el perfil de la Orquesta de Bob Porter en Facebook se compartió una emotiva semblanza de su fundador:
El grupo Malacates destacó la inspiración que Porter les dejó:
Descanse en paz el Maestro Bob Porter, padre de nuestro productor @kcporter , precursor de la música en Guatemala, genio compositor, arreglista y trompetista. Nuestras condolencias a la familia y a todos aquellos que fueron inspirados por tan gran Músico y excelente persona. pic.twitter.com/twy9MmhpI2
— Malacates (@Malacates) January 8, 2021
El presentador Héctor Sandarti subrayó el aporte al “desarrollo musical” en el país por parte de Bob:
Hoy falleció Bob Porter, excelente músico estadounidense que desde el año 70 vivió en Guatemala e impulsó el desarrollo musical de mi país. Tuve el placer de conocerlo y trabajar con él. Mis condolencias a @kcporter y toda su familia. QEPD. pic.twitter.com/3KMgVuAU1r
— Héctor Sandarti (@SANDARTI) January 8, 2021
La Orquesta Sinfónica Nacional de Guatemala aseguró despedir a “un amigo”:
También fue conmemorado por Fidel Funes y su Marimba Orquesta: