Neruda. El príncipe de los poetas, publicada por Ediciones B-Chile y presentada este martes en Santiago, se adentra en los distintos periodos que marcaron su obra como la infancia en Temuco, entre los bosques del sur del mundo, la vida bohemia en Santiago de Chile, su llegada a España en 1934, su profunda amistad con Federico García Lorca, Rafael Alberti o Miguel Hernández, así como su adscripción al movimiento comunista y la larga postulación al Nobel.
A partir de la investigación judicial abierta en Chile para esclarecer las causas de la muerte de Neruda, Amorós utiliza numerosos testimonios y textos inéditos para relatar las últimas horas de su vida.
“En los próximos meses la justicia chilena y los equipos científicos internacional nos dirán si efectivamente, como denunció su chofer, Neruda fue asesinado por agentes de Pinochet o murió por causas naturales”, explicó el escritor quien señaló que la posibilidad de que fuera asesinado “existe” pero “hay que ser prudente” .
La biografía, ya a la venta en España y ahora también publicada en el país austral, recoge el testimonio de una empleada auxiliar, Adriana Soto, quien atendió al poeta los días 20, 21 y 22 de septiembre, cuando este se encontraba ingresado en la Clínica Santa María, hospital intervenido por los militares.
Soto cuenta que sus compañeras de trabajo le explicaron que durante la noche del sábado 22 de septiembre “le pusieron una inyección a don Pablo y se murió”.
“Al preguntar más detalles, me dijeron que los médicos que habían estado de turno en la noche le habían puesto una inyección con aire”, señaló la enfermera.
Además de reforzar la hipótesis de la inyección, el testimonio de Soto ratifica lo señalado por la tercera esposa del poeta chileno, Matilde Urrutia, quien en distintas entrevistas a medios españoles y argentinos dijo estar convencida de que la causa de la muerte de Neruda “no tenía nada que ver con el cáncer que padecía” .
“Según señaló Matilde, en septiembre de 1973 el cáncer que padecía Neruda estaba controlado y permitía que el poeta siguiera escribiendo muchísimo”, apuntó Amorós.
Unas declaraciones que entroncan con el testimonio del diplomático y embajador sueco en Chile, Harald Edelstam, quien visitó el poeta el 23 de septiembre, horas antes de su muerte, y envió un informe al Gobierno de Estocolmo, que Amorós recuperó del Archivo Nacional de Suecia.
“Cuando lo visitamos se estaba preparando de la mejor manera posible ya que en dos días iba a viajar (…) rumbo a México. Allí pensaba hacer una declaración expresando públicamente su condena al régimen militar”, señala el documento en el que se recalca que la visita tuvo lugar tan solo dos horas antes del fallecimiento.
Según Amorós, todos estos testimonios fortalecen la idea de que el poeta se encontraba “más o menos bien y que la muerte le sobrevino de golpe” .
A pesar de que aún quedan muchas incógnitas por desvelar, Amorós dice estar convencido que “el poeta sufrió mucho” .
“A lo mejor no lo mataron, tendremos que esperar para saberlo pero, desde luego, el golpe de Estado y el conocimiento que tenía de la tragedia de España en 1936 fue para él una terrible agonía tanto física como emocional”, señaló el historiador.
Para Amorós, la investigación que está haciendo el Gobierno de Chile para esclarecer la muerte de Neruda, entre muchos otros casos de derechos humanos, es un “ejemplo para países como España donde perdura la impunidad de los criminales franquistas” .
“Chile es un ejemplo para España sobre cómo afrontar las páginas negras del pasado. Ojalá que España siga su ejemplo y pronto se pueda derrumbar la impunidad de la dictadura” , sentenció el historiador.