Son 136 artistas, 89 pabellones participantes y más de 40 eventos colaterales los que ofrecerán al público propuestas artísticas para todos los gustos desde hoy y hasta el próximo 22 de noviembre.
Y lo harán principalmente en los dos complejos en los que se celebra la Bienal, el Arsenal, el antiguo astillero veneciano, y los Jardines.
Presencia hispana
En este sentido, el pabellón de España presenta un proyecto que parte de la figura de Salvador Dalí para presentar un mundo emocional, sensitivo y sensual y en el que el público tiene la posibilidad de reflexionar sobre la confusión que impera en pleno siglo XXI, según explicó el comisario del pabellón, Martí Manen, quien subrayó que, a partir de la figura de Dalí, los visitantes de este pabellón podrán descubrir tres proyectos artísticos distintos, de cuatro artistas que trabajan con absoluta libertad.
Son obras de Helena Cabello y Ana Carceller, Francesc Ruiz y Pepo Salazar, que incluyen dos quioscos que hablan sobre la manipulación informativa, hasta un vídeo que lanza la pregunta de por qué se mantienen apartadas las cuestiones sexuales disidentesa en las sociedades modernas.
Desde América
Llegaron a Venecia propuestas como la de México, que rinde homenaje a las distintas sedes en las que ha expuesto en las Bienales del siglo XXI, o la de Uruguay que ha creado un espacio en el que aparentemente está vacío para generar en el público la sensación de tranquilidad y desconexión.
También Perú lleva hasta la ciudad de los canales una idea sugerente, la de rememorar sus ruinas arqueológicas para criticar la ruina del siglo XXI, la ruina de la democracia y de los paradigmas modernos, mientras que Venezuela invita a descubrir sus orígenes indígenas a través de su palabra para contribuir a construir un futuro mejor.
Interesante también el análisis que realiza el escritor Umberto Eco en el pabellón de Italia, donde, a través de tres vídeos grabados por el director de cine Davide Ferrario, expone su opinión sobre el legado recibido, pero, sobre todo, sobre el futuro que el país va a transmitir a las futuras generaciones.
Por su parte, la artista estadounidense Joan Jonas busca provocar en el visitante una reflexión profunda sobre la evolución de las sociedades modernas y el efecto que su rápida transformación tiene en el mundo que las rodea en el pabellón de Estados Unidos.
Otras propuestas
El pabellón de Japón es uno de los que más elogios ha recibido, por su imponente instalación en la que dos barcos de madera sujetan una serie de llaves que están colgadas de largos hilos rojos que atraviesan de un lado a otro la habitación.
Se trata de una obra de la artista Chiharu Shiota que quiere simbolizar las distintas conexiones que unen a las personas en todos los rincones del mundo y cómo sus acciones pueden afectar a los demás.
Pero más allá de los pabellones que se ubican en El Arsenal y en los Jardines, esta Exposición Internacional de Arte 2015 incluye en su programa una gran serie de eventos colaterales en los que exponen artistas de renombre.
Es el caso, por ejemplo, del escultor español Jaume Plensa que sorprende e impacta con dos nuevas creaciones que exhibe en la basílica de San Giorgio Maggiore, obra del maestro renacentista Andrea Palladio.
Son una mano en actitud de bendecir que cuelga de la cúpula y cae frente al altar y la representación del rostro de la hija de un amigo chino del autor que vive en Barcelona (España), las dos fabricadas en acero inoxidable.
También la alemana Ursula von Rydingsvard, conocida por sus trabajos escultóricos expuestos en espacios abiertos, aterriza en Venecia con su primera exposición en Italia.
Lo hace con una serie de esculturas de cedro, resina y bronce, que se pueden ver en el Jardín de la Marinaressa, situado en el Gran Canal, en el paseo que conecta la céntrica plaza de San Marco con los Jardines de la Bienal.
Finalmente, el gran maestro irlandés Sean Scully propone un viaje pictórico abstracto en el Palacio veneciano Falier, en el Gran Canal.