La palabra “biblioteca” se origina de los conceptos en griego “biblion” (libro) y “theke” (armario), que unidos significan “un lugar para guardar los libros”; algo que se comprendió en Mesopotamia, una de las primeras civilizaciones en crear estos espacios hace más de 3 mil años, y en donde solían reunir específicamente documentos políticos, religiosos, económicos y administrativos del estado.
El concepto de biblioteca ha variado a lo largo de la historia. De acuerdo con las Directrices IFLA/Unesco para el desarrollo del servicio de bibliotecas públicas, las bibliotecas públicas se definen como organizaciones que brindan “acceso al conocimiento, la información y las obras de la imaginación (…)”.
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En la publicación se especifica que la finalidad de las bibliotecas radica en el acercamiento con datos informativos que aportan al conocimiento, al perfeccionamiento personal, y también al progreso; un componente que ayuda a dar forma a la “identidad cultural” de las sociedades.
Ilonka Matute, directora de la Biblioteca Nacional “Luis Cardoza y Aragón”, señala que estos espacios deben comprenderse desde una visión democrática puesto que, al recibir a las distintas personas de la sociedad, pueden convertirse en “centros comunitarios de arte, cultura y desarrollo”.
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La también especialista en Bibliotecas y Patrimonio Documental asegura que estos recintos “deben verse más allá de espacios silenciosos donde “solo se toma un libro para leer”. Agrega que, al tratarse de centros culturales, los funcionarios de estos espacios deben escuchar a los usuarios para expandir el desarrollo cultural mediante actividades novedosas que atiendan los distintos intereses de personas en todas las edades.
En Guatemala, varias bibliotecas han expandido su oferta al desarrollar espacios para los diálogos artísticos multidisciplinarios, así como para la formación de saberes.
Desde esta premisa y a propósito de la celebración del Día de la Biblioteca –fecha establecida el 24 de octubre por la Asociación Española de Amigos del Libro Infantil y Juvenil- le recomendamos 10 bibliotecas culturales en Guatemala donde personas de todas las edades pueden acercarse a abrir nuevas ventanas informativas y transformadoras.
Desafíos de las bibliotecas
La directora de la Biblioteca Nacional “Luis Cardoza y Aragón” argumenta que a pesar de los distintos y valiosos esfuerzos en el establecimiento de bibliotecas y espacios de consulta en Guatemala, aún persisten retos que deben solventarse en el gremio.
Uno de ellos es la falta de actualización en plataformas tecnológicas. De haber más, dice la directora Matute, se lograría un mayor acceso a las colecciones de las bibliotecas, así como a los distintos servicios que estas brindan. Aunado a esto, se perfilarían las capacidades de técnicos y bibliotecólogos para asistir a los usuarios.
Otro detalle importante tiene que ver con la conservación de materiales en las bibliotecas. La directora explica que, dado que Guatemala es un país con un clima variante, esto suele repercutir en el estado de las publicaciones, por lo que se insiste en la necesidad de digitalizar muchas colecciones.
En cuanto a la afluencia a las bibliotecas, Ilonka señala que no se trata tanto de pensar en la cantidad de personas que leen dentro de los recintos, sino de los motivos que las convocan allí. “Si las bibliotecas logran posicionarse como centros culturales, es posible que más personas lleguen puesto que encontrarán manifestaciones que les interesen”, señala.
La directora enfatiza que un ideal para estos recintos se lograría con la implementación de un sistema nacional de bibliotecas, el cual beneficiaria puesto que los distintos espacios de consulta trabajarían hacia una misión unánime y mediante la misma ruta. Esto provocaría un mayor acercamiento de toda la población a los centros de consulta, infiere la directora.