“En el calendario solar cósmico, el año dura 365.2422 días, mientras que en el calendario maya el año es de 365.2423 días”, explica el investigador kaqchiquel Ulmil Mejía.
En la comunidad maya el calendario solar recibe el nombre de Ab’ o Haab, que quiere decir lluvia. “Se usaba para entender la traslación de la Tierra y conocer cuáles son las estaciones del año para las cosechas y las lluvias”, dice Mejía. En este calendario los mayas hicieron algunos ajustes para lograr su exactitud.
Pero, ¿cómo lograron esos cálculos? El académico comenta que para entender el calendario hay que dejar de pensar de forma occidental y pensar como los abuelos mayas.
Cálculos
“Para comprender este fenómeno se deben hacer cálculos matemáticos. Este calendario dividía el año en 20 winak (meses o ciclos) de 18 días que dan como resultado 360 y un último ciclo llamado el Wayeb’, que es de cinco días para completar los 365”, indica Mejía.
Este ciclo, a su vez, pertenece a una rueda calendárica integrada por katunes o ciclos que duran 52 años, indica el investigador mexicano Carlos Pallán Gayoll, en su trabajo Calendario Maya, una introducción general.
Este ciclo de 52 años pertenece a otro mayor de 20 —base de la numeración maya—, que cuando se completa duraba mil 40 años.
“Los abuelos no usaban un calendario de 360 o uno de 365 siempre. Cada cuatro años le agregaban un día al de 365 y cada 130 años le restaban otro. En el periodo de mil 40 años habían ocho correcciones”, explica el libro La cuenta maya de los días: Maya’ Ajilab’äl Q’ij
“Había 260 años de 366 días, 772 de 365 y 8 de 364, que al final del ciclo daban 379 mil 852 días. “Esto al dividirlo en los mil 40 años que tenía este periodo daba el resultado de la duración del año 365.2423 días”, explica ese libro.
Este resultado es uno de los más cercanos al cálculo astronómico actual, que es de 365.2422 días y según el gregoriano es de 365.2425.