¿Cómo surge la muestra?
Esta la comencé a preparar desde noviembre pasado. Quería era hacer una reflexión sobre el modo de vida de los seres humanos en la actualidad. Es una crítica al sistema. Por eso se ven personajes con maletines y con traje.
¿Existe alguna relación especial entre este trabajo y su experiencia personal?
Creo que tengo recuerdos de mi padre. Él salía todos los días de casa y volvía con el traje puesto y con el maletín en mano, era algo de todos los días, repetitivo. Yo no tomé ese camino, sino el artístico. Eso es como parte de la expresión que quiero dejar en esta muestra, la repetición de una actitud o de una postura.
Ahora tiene pintura e instalación, ¿regresó a pintar luego de mucho tiempo?
Tengo algunos autorretratos que me presentaron verdaderos retos. Tenía más de cinco años de no pintar, solo me había dedicado al grabado. Y al retomar la pintura, aunque en un principio se me dificultó, sentí que volví como a mis orígenes. El tema va sobre la misma corriente; hombres con trajes que buscan romper con la cotidianidad.
¿Por qué eligió este tema?
La imagen del empresario y oficinista siempre me ha parecido un ícono fascinante, una mezcla de éxito y decadencia de la sociedad. Conceptos tan diferentes como burocracia, subordinación y sobrevivencia se me vienen a la mente cuando veo a una persona de traje con maletín.
