El Día Mundial del Patrimonio Audiovisual (DMPA) se celebra cada 27 de octubre desde 1980 y esto con la finalidad de tomar consciencia de la importancia de este patrimonio. Las grabaciones de sonido y las imágenes en movimiento son documentos extremadamente vulnerables, ya que se pueden destruir fácilmente y de forma deliberada. El patrimonio audiovisual, emblemático del siglo XX, se puede perder definitivamente a consecuencia del abandono, el deterioro natural y la obsolescencia tecnológica.
Walter Figueroa, director de la Cinemateca Universitaria Enrique Torres, explica que el audiovisual es reconocido como un material que sirve para conservación de la historia de la humanidad y el rostro de un país. La Cinemateca resguarda parte de este tesoro con un amplio catálogo de ficción, documentales y películas históricas. De estas, un 80 por ciento son obras guatemaltecas. El restante son producciones realizadas con otros países, entre ellos, México.
Este año por la pandemia se han suspendido actividades usuales para dar a conocer este legado, pero Figueroa comenta que todos los miércoles, a través de la página de Facebook de la Cinemateca se están proyectando películas, mientras los lunes y viernes se transmite un podcast llamado El rincón del cine, con entrevistas de expertos y artistas relacionados especialmente con la cinematografía. Estas actividades son a partir de las 20.30 horas.
Figueroa también comenta que en el principio de la historia del cine guatemalteco no se tiene la participación de mujeres como directoras y productoras, ya que las mujeres a partir del 2000 aproximadamente es que empiezan a ser parte del trabajo cinematográfico en este rol.
Así que para reconocer a las cineastas guatemaltecas, exploramos un poco de la vida de cuatro de ellas y de los trabajos que han hecho en los últimos años y que ya son parte del patrimonio audiovisual de Guatemala.
Pamela Guinea
Ella es diseñadora y productora audiovisual. Actualmente es presidenta de la Asociación Guatemalteca del Audiovisual y la Cinematografía (Agacine).
Como productora ha estado en más de 10 largometrajes. Entre ellos están Gasolina, Las Marimbas del Infierno, Polvo, Hasta el sol tiene manchas, La Jaula de Oro, Tesoros y Nuestras Madres. Sus largometrajes han sido seleccionados en festivales como Cannes, Berlín, Toronto y San Sebastián.
Tiene más de 40 premios en dichos festivales, entre ellos la Cámara de oro de Cannes (mejor ópera prima). Comenta que actualmente está trabajando en tres largometrajes y escribiendo uno nuevo.
Destacamos Nuestras Madres, que recrea el país durante el juicio de los militares que están señalados por acciones durante la guerra civil. Aparece Ernesto, un joven antropólogo de la Fundación Forense, quien está trabajando para identificar a los desaparecidos. Un día cree haber descubierto un rastro de su padre en la historia de una anciana. El guerrillero desapareció durante la guerra. Es ahí donde se desarrolla esta historia.
Veronica Sacalxot
Es originaria de Quetzaltenango. Es productora audiovisual y también escritora. Ha hecho cerca de tres cortometrajes, actualmente tiene un documental en posproducción y ha escrito algunos guiones.
Recientemente, a través de las redes de la productora que dirige, Ixmayab Producciones compartió que se encuentra en un receso de producción propia, “he estado aportando a otras iniciativas colectivas… sin embargo en ese tiempo el destino me llevó a escribir un guion que luego resultó siendo libro construido gracias al apoyo creativo de grandes artistas”, explicó la joven nacida en 1988.
También trabaja en un proyecto para promover los idiomas mayas. Ha producido videos musicales. Entre sus trabajos están los cortometrajes Camino y Los ojos de la abuela. Además, es fundadora del Colectivo Lemow de mujeres cineastas, que trabaja en proyectos con enfoque de género.
Amanecer es uno de los trabajos que ha producido. Es la historia que narra la relación de un abuelo y su nieto y de cómo a través de las enseñanzas cotidianas del abuelo, el niño aprenderá valiosas enseñanzas que le permitirán tener respeto hacia la naturaleza y una plena armonía con el cosmos.
Anaïs Taracena
Cineasta documental. Ella estudió ciencias políticas, pero siempre le gustó el cine documental. Participó en talleres y otros cursos hasta que se animó a filmar su primer trabajo audiovisual.
Ha hecho cortometrajes y mediometrajes. Uno de sus último trabajos es 20 años después, un corto documental seleccionado en el Festival Internacional de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba, Festival Internacional de Cine Político de Argentina, Chiapas Film Festival , México y en el Festival Internacional de Cine Centro Americano, Los Ángeles – EEUU, entre otros.
En este se buscaron historias de vida de personajes, 20 años después de la firma de la paz.
(Foto Prensa Libre: cortesía Anais Taracena).
Otro documental es Los médicos de la montaña, (vealo en este link) habla de temas de memoria y salud comunitaria. Muestra cómo las personas trabajaron resistiendo en la montaña durante la guerra interna, cómo hacían para operar, nacimientos de los bebés o resistir ciertas enfermedades. Una mezcla de salud occidental y ancestral.
En su trabajo también tiene temas como violencia de género y niñas madres, inspirados en testimonios de vida, interpretados por actrices.
Camila Urrutia
Ella es guionista y realizadora audiovisual. Ha trabajado en teatro y es DJ. Estudió cine en Montreal en Canadá y desde entonces ha trabajado en la producción audiovisual, ha trabajado en el tema de movimiento de mujeres, ha hecho cuatro cortos de ficción y antes de finalizar 2020 estrenará en Guatemala Pólvora en el corazón.
Esta película se estrenó en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, España. La película también se ha presentado en el Festival Internacional de Cine de Panamá y en el Festival de Cine South by Southwest 2020, mejor conocido como SXSW. Entre los cortometrajes también cuenta con Mi familia Modelo, La libretita, Más poesía, menos policía, entre otros, seleccionados en varios festivales internacionales.
El largometraje Pólvora en el corazón, de la guatemalteca Urrutia narra la historia de Claudia y María, dos amigas. Se cuentan las anécdotas de su amistad que crece a la misma velocidad que lo hacen su cariño y complicidad. Pero la plenitud de su relación estalla la noche en la que, juntas y después de salir a divertirse en la ciudad, son atacadas por tres hombres. Después del infortunio surge la búsqueda por justicia, misma que atraviesa a las jóvenes para bien y para mal.
