De acuerdo a la Federación Mundial del Corazón, los factores de riesgo para las enfermedades cardiovasculares son las mismas para hombres y mujeres en todo el mundo, e incluyen la inactividad física, el sobrepeso u obesidad y la mala alimentación, entre otros. Los latinoamericanos, en particular, tienden a presentar altos índices de obesidad abdominal, colesterol alto e hipertensión.
Las regulaciones actualizadas y ampliadas –publicadas en noviembre último- ahora incluyen tratar la obesidad como una enfermedad y brindar otros recursos para tratar los factores de riesgo como son la diabetes y la alta presión arterial.
Las cuatro áreas de enfoque ahora incluyen:
Los niveles de colesterol.
El estilo de vida (dieta y ejercicio).
La obesidad.
La asesoría de riesgo.
Hay que recordar que el médico tiene la última palabra, ya que cada individuo con factores de riesgo de enfermedad cardiaca tiene un reto singular y muchos requieren diferentes tratamientos basados en su estilo de vida, historia familiar y los resultados de sus exámenes.
Un nuevo enfoque para tratar el colesterol
Controlar el colesterol es aún un componente vital. Pero, bajo las nuevas regulaciones del American Heart Association (AHA, en inglés) y el American College of Cardiology, la fórmula para evaluar quién necesita tomar fármacos que reduzcan el colesterol, también llamadas estatinas, es mucho más amplia.
Los médicos dicen que el nuevo enfoque limitará cuántas personas con bajo riesgo a enfermedad cardiaca tomen estatinas. Pero para aquellos con alto riesgo de enfermedad cardiaca, las regulaciones revisadas podrían ampliar el número de pacientes que se traten estatinas. Bajo las antiguas regulaciones, solo consideraban el riesgo de la persona a la enfermedad cardiaca, sin considerar el riesgo a un ataque cerebrovascular.
“Pero no es solo el colesterol”, insiste Fialkow. “Hay mucho más vinculado en la salud de la persona incluyendo la obesidad, la diabetes y la historia familiar. Estas regulaciones están menos enfocadas en los niveles de colesterol antes y después del tratamiento“, agrega.
Nuevas ecuaciones para medir los riesgos
Para aquellos en el rango de edades entre 40 y 79, se recomiendan “nuevas ecuaciones” para medir el riesgo de la persona a sufrir un ataque cardiaco o cerebrovascular durante los próximos 10 años.
Para calcular el riesgo, la ecuación se basa en la raza, el género, la edad, el colesterol HDL total (bueno), la presión arterial, el uso de medicamento para la presión arterial, la diabetes y si es fumador.
Combatir la obesidad con cambios al estilo de vida
De acuerdo con la AHA y la American Stroke Association, la obesidad debe tratarse como una enfermedad, y los médicos deben recomendar a sus pacientes hacer cambios a su estilo de vida que incluyan una dieta saludable y ejercicios regulares.
Las dos asociaciones aconsejan que la mejor estrategia para perder peso y mantenerlo es un enfoque de tres conductas: comer menos calorías que las que necesita el cuerpo, hacer más ejercicio y cambaiar hábitos dañinos.
Los pacientes suelen mantenerse en el camino correcto cuando los guían profesionales. Por ellos ahora se recomienda a los médicos que ayuden más activamente a sus pacientes para lograrlo, posiblemente al referirles a nutricionistas y entrenadores certificados.