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Neumonía por covid-19: es posible fabricar un respirador básico y barato

Físicos de la Universidad de Marburgo han remodelado dispositivos de primeros auxilios y terapia para personas que roncan como respiradores básicos, replicables y baratos.

Los microplásticos son la especialidad de la física Caroline Sommer. Ella investiga para su doctorado en la Universidad de Marburgo sobre procesos físicos para identificar las partículas más pequeñas en los sedimentos dañinos para los humanos y el medio ambiente. Pero la crisis también ha cambiado todo en Marburgo. Desde hace dos semanas, la joven de 25 años ha estado trabajando contra el reloj bajo la dirección del profesor Martin Koch con científicos de la medicina y la tecnología médica para desarrollar un respitador que pueda ser replicado y utilizado en todo el mundo y a bajos costos.

La propuesta del “Proyecto Respiración” provino de un científico invitado de México que actualmente trabaja en el mismo instituto que Caroline Sommer. “La idea era diseñar los dispositivos más sencillamente posibles que se pudieran producir no solo para los países técnicamente bien posicionados, como es el caso de Alemania, sino también en América Latina o África”, dice la estudiante de doctorado, que tuvo que repensar y familiarizarse con el proyecto a la velocidad del rayo. “Después de todo, solo somos físicos, no somos especialistas en el campo de la respiración”.

Ayuda de otros institutos

Los físicos saben cómo conectar componentes, cómo soldar y programar. En dos días, la universidad también atrajo a otros especialistas de la medicina, la tecnología médica y especialistas en sueño que quisieron unirse de inmediato. A la veintena de físicos se les unieron otros 20 científicos, que completaron el equipo. El miembro más joven del equipo es un estudiante de 22 años, todos los cuales trabajan de forma voluntaria.

El primero de los dos respiradores es una extensión del llamado dispositivo CPAP (Continuous Positive Airway Pressure). Estos dispositivos se utilizan, por ejemplo, para tratar la apnea del sueño y están disponibles en el tres por ciento de los hogares de Alemania. Con la ayuda de un motor, un controlador y el software apropiado, fue posible actualizar el dispositivo. “Los médicos y técnicos nos dicen lo que necesitan. Y luego tratamos de implementarlo”, dice Caroline Sommer, explicando el proceso de trabajo. Una impresora 3D proporcionó los componentes.

Mejor que nada

Es cierto que los dispositivos CPAP modificados no son tan potentes como los respiradores o ventiladores profesionales. No pueden controlar la frecuencia cardíaca ni la cantidad de oxígeno que entra en la sangre. Pero podrían utilizarse tan pronto como los pacientes estén en vía de recuperación. Esto liberaría entonces los respiradores clínicos para el tratamiento de los casos de COVID-19 con grave dificultad respiratoria.

Así también lo ven los médicos que trabajan en medicina intensiva con respiradores en las Clínicas Universitarias de Gießen y Marburg, quienes ya han inspeccionado el desarrollo de los dispositivos modificados. Y “ellos dicen que definitivamente usarían el dispositivo si no tuvieran otro disponible”, dice Sommer, la estudiante de doctorado.

Hay una forma aún más simple

El segundo dispositivo desarrollado por la compañía con sede en Marburgo también es visto positivamente por los expertos médicos. Se basa en las llamadas “Bolsas Ambu” –bolsas de reanimación, que se utilizan para primeros auxilios y están disponibles en grandes cantidades a bajo costo–. Consisten en una máscara que se presiona en la cara y una bolsa compresible que se comprime a mano a intervalos regulares para la ventilación. Los físicos desarrollaron dispositivos mecánicos que comprimen las bolsas automáticamente.

Toda la información técnica y las instrucciones de construcción se pondrán a disposición del público en breve. Esto debería permitir reproducir los dispositivos en todo el mundo y producirlos en mayores cantidades. En la página virtual del Instituto de Fotónica de Semiconductores ya se puede encontrar información sobre el proyecto en alemán e inglés, y pronto en español, francés y árabe.

Trabajando de mañana a noche

El equipo de Marburg no conoce actualmente horario de trabajo normal. El día comienza a eso de las 6 de la mañana, y casi nadie sale del instituto antes de las 9 de la noche. Caroline Sommer cuenta que el profesor ha pagado toda la comida entregada por un servicio a domicilio “de su propio bolsillo”. Para cumplir con las normas de prevención de infecciones, todos los miembros del equipo, por supuesto, prestan atención a la distancia necesaria. Además, la compañera de residencia de uno de los miembros del equipo ha cosido mascaras protectoras para todos, algunas de ellas incluso con un diseño floral.

“Todos tenemos una actitud muy positiva”, dice finalmente Caroline Sommer. “Estamos impresionados de que se pudiera hacer en dos semanas, nadie lo esperaba. Y estamos encantados de que la producción comience esta semana y las máquinas estén listas pronto para su uso. Ya se ha encontrado un primer fabricante a través de los contactos del profesor Koch: el proveedor de automóviles Fritz Winter, de Stadtallendorf quiere construir 50 dispositivos según las especificaciones de los físicos de Marburg.

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