¿Cuál es el origen del pan de muerto?

Durante noviembre, el pan de muerto se coloca como parte de la ofrenda del altar dedicado a los seres queridos que han fallecido.

En nuestro país, es común que se coloque algún platillo favorito del fallecido en su tumba durante el Día de los Fieles Difuntos, así como consumir alimentos de temporada como el pan de muerto.

Sin embargo, fuentes especializadas coinciden en que la tradición del pan de muerto no es guatemalteca, sino mexicana. Pese a ello, se ha tornado popular en nuestro país en los últimos años.

Tal como su nombre lo indica, este alimento se consume durante el Día de los Muertos o su equivalente en cada país.

¿Cuál es el origen del pan de muerto?

Aunque el pan de muerto surge en la época prehispánica, algunos especialistas en historia apuntan que ofrendar pan a los fallecidos data del Antiguo Egipto.

Según el chef Pablo Pacheco, este pan nace en la época de la conquista, basado en el ritual de la era prehispánico de ofrendas a los fallecidos. El chef señala que el pan de muerto como se conoce en la actualidad fue una alternativa al ritual violento que se practicaba en tiempos prehispánicos.

Según fuentes internacionales, los pueblos prehispánicos elaboraban distintos tipos de panes, pero para la fiesta dedicada a los muertos, preparaban uno a base de pan tostado de amaranto y maíz seco. De acuerdo con la tradición mexicana, este pan recibía el nombre de papalotlaxcalli, que en náhuatl significa pan de mariposa.

El pan de muerto en Guatemala

Karina Elías, chef guatemalteca, asegura que, aunque no se trata precisamente de una tradición guatemalteca, se ha popularizado en algunas panaderías de nuestro país. La chef menciona que el pan se elabora con agua de azahar, un aroma que emula el de la flor de muerto.

En cuanto a la forma del pan, Elías afirma que posee forma de cruz en alusión a los huesos de las personas que han fallecido. Asimismo, la chef Angelli Sangel menciona que la forma circular del pan simboliza el ciclo de la vida y la bolita del centro representa el corazón. Entre algunos ingredientes para su elaboración se encuentran el azúcar negra, la ralladura de naranja, esencias, entre otros.

Además, tanto los aztecas como los mayas honraban a la muerte por medio de rituales y ofrendas, una tradición que persiste en nuestros países hasta la fecha. Elías añade que, platillos como el ayote en dulce y el arroz en leche sí pertenecen a nuestro país, mientras que en México se acostumbra a ofrendar pan a los fallecidos. Sin embargo, ambas profesionales resaltan que la tradición se ha adoptado en nuestro país como una forma de rendir homenaje a nuestros difuntos.