Una primera respuesta podría ser los grupos de riesgo, especialmente los adultos mayores, quienes son la mayoría de víctimas mortales del covid-19 en Guatemala y el mundo.
Pero un artículo de la periodista Faye Flam, publicado por la revista Bloomberg y que replican medios internacionales, plantea la posibilidad de que sean los jóvenes los primeros, a pesar de que son un grupo poblacional que no tiene riesgo de muerte como los adultos mayores o las personas con patologías preexistentes.
Según Flam, inmunizar a los jóvenes ayudará a alcanzar la inmunidad colectiva porque son ellos los que pueden transmitir la enfermedad con más frecuencia que otro grupo poblacional.
“La inmunización no se trata de proteger al individuo, se trata de proteger a la sociedad”, dice el virólogo David Sanders, citado en el artículo.
Pero hay desafíos por enfrentar. El artículo señala que los jóvenes saludables podrían no tener efectos secundarios de la vacunación, algo que sí es de interés científico respecto a los adultos mayores, ante lo cual es importantes pruebas de campo de la vacuna rusa Sputnik V se ha saltado, expresa Flam.
Paul Offit ,un médico estadounidense especialista en enfermedades infecciosas, mantiene preocupación por el hecho de que las personas crean que la vacuna no tenga efectos secundarios y, en el ansiado escenario de que millones de personas puedan ser vacunadas, sufran ataques cardíacos o accidentes cerebrovasculares o desarrollen esclerosis múltiple o alguna otra enfermedad que no haya sido causada por la vacuna, pero que se haya presentado en un momento lo suficientemente cercano a la administración de la vacuna como para parecer que se debió a ella.
Así, puntualiza el artículo, es imperativo que las fases 3 y 4 sean completadas para que los jóvenes puedan ser llamados a conformar un escudo contra el coronavirus.