Los autores del nuevo estudio, publicado en Astrophysical Journal recientemente, observaban agujeros negros supermasivos en el corazón de las galaxias, en busca de señales de que pudieran estar moviéndose de manera inusual.
Dominic Pesce, astrónomo del centro de astrofísica Harvard-Smithsonian y autor principal de la investigación, explicó en declaraciones a The Harvard Gazette que la mayoría de los agujeros de ese tipo no suelen moverse, pues “son tan pesados que es difícil ponerlos en marcha”.
El equipo inicialmente examinó 10 galaxias distantes y los agujeros negros supermasivos presentes en sus núcleos, resalta ElImparcial.com.
Estudiaron específicamente aquellos que contenían agua dentro de sus discos de acreción (estructuras espirales que giran hacia el interior del agujero).
A medida que el agua orbita alrededor de este último, produce un rayo de luz similar a un láser, conocido como ‘máser’, que puede ayudar a medir con mucha precisión la velocidad de un agujero negro.
Dos posibles explicaciones
Con esa técnica, los investigadores determinaron que nueve de los 10 agujeros negros supermasivos estaban en reposo, mientras que uno, situado en el centro de la galaxia J0437+2456, parecía estar en movimiento.
El agujero negro en cuestión, aproximadamente tres millones de veces más masivo que el sol y ubicado a unos 230 millones de años luz de la tierra, no se movía a la misma velocidad que su galaxia de origen, indicó RT.
Observaciones posteriores desde los observatorios de Arecibo y Gemini han confirmado que ese agujero se mueve dentro de la galaxia a una velocidad de aproximadamente 177 mil kilómetros por hora.
No obstante, se desconoce por ahora qué está causando el movimiento.
El equipo sospecha que hay dos posibilidades de que se trate de las consecuencias de la fusión de dos agujeros negros supermasivos o que este sea parte de un sistema binario.
Se necesitarán más observaciones para precisar la verdadera causa de su inusual movimiento.