Un equipo internacional de científicos, que ha reconstruido el aspecto que tendría este antepasado, llegó a esta conclusión tras estudiar durante seis años miles de características morfológicas y genéticas tanto de mamíferos vivos como fósiles, con la ayuda de la base de datos Morphobank, que puede consultarse en Internet.
Los resultados de ese estudio se publicaron en la revista científica Science.
“Especies como los roedores y los primates no compartieron la Tierra con los dinosaurios no aviarios, sino que surgieron de un antecesor común, -un pequeño y veloz animal que se alimentaba de insectos-, poco después de la desaparición de los dinosaurios en el periodo del Cretáceo-Paleogénico”, afirma Maureen OLeary, de la Universidad estadounidense de Stony Brook.
Desde la década de 1990, estudios basados sólo en la diversidad genética han sugerido que los linajes de mamíferos eran mucho más antiguos y que su diversificación estaba relacionada con la separación de los continentes antes del fin del Cretáceo.