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Camarlengo: cuál es su papel y su importancia en la Iglesia Católica ante la ausencia del papa

Ante la ausencia del sumo pontífice, el cardenal camarlengo asume temporalmente la administración de la Iglesia católica.

El Camarlengo tiene como función principal la administración de las propiedades de la Iglesia católica en el Vaticano y sustituir administrativamente al papa durante el periodo de sede vacante. (Foto Prensa Libre: Shutterstock)

Establecido como una autoridad durante la transición papal, el cardenal camarlengo desempeña un papel clave en la Iglesia. Su función cobra relevancia durante el proceso fúnebre de un sumo pontífice o en el periodo de sede vacante, cuando asume la administración interina de la Santa Sede.

Este título, aunque poco conocido, es uno de los principales cargos cercanos al sumo pontífice, ya que forma parte de la corte papal y está al servicio del papa.

El término cardenal camarlengo, según explicó Fray Edwin Alvarado, proviene del latín camerarius, que significa “oficial de la cámara”.

Este cargo tiene como función principal la administración de las propiedades de la Iglesia católica en el Vaticano. Por ello, su nombre también hace referencia al guardián de la “cámara del tesoro”.

El camarlengo es designado por el papa como miembro de su corte y es el encargado de administrar la Iglesia en el Vaticano mientras los cardenales participan en el cónclave para elegir a un nuevo pontífice, proceso que puede extenderse durante varios días.

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¿Quién es el actual camarlengo?

El actual cardenal camarlengo es el irlandés Kevin Joseph Farrell, designado por el papa Francisco en febrero de 2019. Además, ejerce como prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida.

Su camino en la Iglesia inició en 1966, cuando ingresó al noviciado de los Legionarios de Cristo. En diciembre de 1978, fue ordenado sacerdote en Roma.

Fue nombrado obispo de Dallas, Texas en 2007, donde destacó por su cercanía con las comunidades de inmigrantes y su compromiso con la justicia social.

Camarlengo como representante provisional

Este cargo surgió en el siglo XI, luego de que el archidiácono de la Iglesia romana se convirtiera en un obstáculo para la independencia del papa debido a los altos privilegios administrativos que poseía. Como respuesta, en 1073, el papa Gregorio VII decidió reemplazar dicho cargo con el del camarlengo.

El portal catholic.net señala que, históricamente, “el oficio de camarlengo no solo suponía la supervisión de las propiedades inmediatas de la Santa Sede, sino que también incluía la administración fiscal de los Estados Pontificios, el Patrimonium Petri, previo a adquirir sus funciones de administrador interino”.

Entre sus funciones principales, el camarlengo se encargaba, dentro de los Estados Pontificios, de ser ministro de Finanzas, de Obras Públicas y de Comercio. También tenía la responsabilidad de entregar las bulas a las distintas diócesis, registrar las ofrendas de los fieles, proteger los taxae —libros de deudas pagadas por la Iglesia— y administrar la jurisdicción civil y criminal sobre los oficiales de la Cámara Apostólica.

Este cargo nació con el propósito de gestionar los bienes de la Iglesia sin la facultad de tomar decisiones de gran impacto, especialmente en materia religiosa.

Ante la eventual renuncia o fallecimiento de un papa, el camarlengo adquiere una mayor relevancia, ya que gestiona la transición del pontificado y, en caso de ser elegido en el cónclave, podría convertirse en el nuevo sumo pontífice.

Funciones del camarlengo ante la sede vacante

Durante el periodo de sede vacante, el cardenal camarlengo tiene la responsabilidad de cumplir con los rituales establecidos por la Iglesia en caso del fallecimiento de un sumo pontífice, así como de convocar al cónclave para la elección de un nuevo papa.

Tras el anuncio de la muerte del pontífice, el camarlengo debe confirmar el deceso golpeando tres veces la cabeza del fallecido con un martillo de plata, al tiempo que lo llama por su nombre de pila en tres ocasiones.

Una vez certificada la muerte del papa, debe proceder a la destrucción del Anillo del Pescador y al sellado de los aposentos papales.

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Obligaciones según la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis

Según el artículo 17 de la Constitución Apostólica Universi Dominici Gregis: “El camarlengo debe, además, sellar el estudio y la habitación del pontífice, disponiendo que el personal que habita en el apartamento privado pueda permanecer en él hasta después de la sepultura del papa.”

Posteriormente, el camarlengo debe:

  • Ordenar el sellado del apartamento pontificio.
  • Comunicar oficialmente la muerte del pontífice al cardenal vicario para la Urbe, quien notificará al pueblo romano mediante un anuncio especial.
  • Informar al cardenal arcipreste de la Basílica Vaticana.
  • Tomar posesión del Palacio Apostólico Vaticano y, personalmente o a través de un delegado, asumir el control de los Palacios de Letrán y de Castel Gandolfo, garantizando su custodia y administración.
  • Organizar, junto con los cardenales de los tres órdenes, los detalles de la sepultura del pontífice, salvo que este haya dejado instrucciones previas.
  • Velar por la defensa de los derechos de la Santa Sede y su correcta administración.
  • Gestionar los bienes y derechos temporales de la Santa Sede, con la asistencia de tres cardenales asistentes y bajo el consentimiento del Colegio Cardenalicio.

Este cardenal se hará cargo del gobierno de la Iglesia durante el periodo de sede vacante, asumiendo funciones administrativas, aunque sin ejercer el liderazgo espiritual, que corresponde al Colegio Cardenalicio.

Entre sus principales responsabilidades se encuentran la organización del funeral del pontífice, la convocatoria del cónclave y, una vez finalizado el proceso, el anuncio del nuevo papa.

ESCRITO POR:
Esdras Laz
Periodista de Prensa Libre para el área de bienestar, cultura y tendencias con varios años de experiencia en medios escritos y televisivos.