Vida

Bien plantadas

La primera regla que debe tener siempre presente es elegir las plantas que se adapten al clima donde usted vive

Si le gusta la naturaleza, pero además del espacio reducido de su vivienda cuenta con poco tiempo para atender un jardín, sembrar sus plantas favoritas en macetas es una excelente opción.

Las especies seleccionadas puede cultivarlas en los recipientes que tenga a la mano, aunque en el mercado también los encontrará fabricados en diversidad de materiales, formas, colores y texturas, que ofrecen la posibilidad de crear varios ambientes y cambiarlos cuando desee.

La primera regla que debe tener siempre presente es elegir las plantas que se adapten al clima donde usted vive, y luego, brindarles los requerimientos de sol, agua, ventilación, sombra y abono que cada una necesite. De esta manera durarán bellas y sanas por más tiempo.

Todo depende

La técnica en diseño y decoración de jardines, Bárbara Sánchez, de la empresa Parques y Jardines, explica que para decidir entre una maceta hecha de barro, madera, plástico, piedra o cerámica, lo principal es saber qué tipo de planta va a colocar en ella.

Si se trata de una que no puede prescindir del riego frecuente y el clima donde habita es cálido, lo aconsejable es usar recipientes poco porosos, como los de cemento o piedra, ya que retendrán el líquido por más tiempo.

Mientras, en los sitios húmedos donde es importante la evaporación para evitar el encharcamiento y ahogo de raíces, emplee los de barro. Cualquiera que elija debe tener agujeros de drenaje para dejar fluir el agua de riego.

En cuanto al tamaño, considere que las especies pequeñas en macetas demasiado grandes o las gigantes en recipientes diminutos, no se desarrollarán adecuadamente y lucirán mal.

En tierra fértil

El ingeniero Ronald Herrera, del Centro de Desarrollo Humano, indica que el sustrato donde se siembra un retoño, además de tierra, puede estar constituido por otros elementos o combinarse en partes iguales con éstos.

Por ejemplo, las piedras volcánicas liberan de manera controlada minerales, y esto ayuda a fertilizar naturalmente la planta. La corteza desecada y tratada de encino o pino es durable y retiene la humedad.

El duropor permite detectar cualquier tipo de parásito, ya que al no servirles de alimento, los hace salir a la superficie.

La grava o arena cernida contribuye a homogeneizar y controlar la humedad, logrando que el líquido se filtre hasta las raíces.

La barba de viejo y los musgos también funcionan como retenedores de agua y sirven como elemento decorativo.

El carbón activado es útil para transformar químicamente el agua y darle la acidez necesaria para que las raíces de la planta se desarrollen.

La broza, compuesta por hojas, raíces y corteza seca, es empleada como cubre suelo, que mantiene libre de maleza el recipiente.

Cómo sembrarlas

Asegúrese de que la maceta tiene buen drenaje; que ésta es relativamente más grande que la planta, sin exagerar. Luego, coloque un trozo de cedazo en el fondo (para evitar que cuando riegue pierda sustrato) y encima, una capa de arena de dos a cinco centímetros de grosor.

Añada la tierra preparada con materia orgánica y libre de parásitos. Retire del pilón y colóquelo con cuidado, tratando de mantenerlo entero.

El borde superior de éste debe quedar dos centímetros por debajo de la orilla del recipiente. Rellene todos los espacios vacíos con más tierra.

Oprima con la palma de la mano para que no queden bolsas de aire y de ser necesario agregue más tierra. Por último, riegue la maceta hasta que salga agua por el drenaje.

Si el líquido no fluye es porque algo lo está bloqueando y deberá repetir el procedimiento, indica Sánchez.

Dónde colocarlas

María Isabel de Juárez, catedrática del curso de jardinería, en el Instituto Femenino de Estudios Superiores (Ifes), explica que al emplearlas como decoración, tiene que tomar en cuenta el estilo de su casa.

Si éste es moderno, adquiera plantas de hojas grandes, por sus texturas lisas: dracaenas, mano de león y palmeras.

Dispóngalas siempre en tres alturas. Las más grandes como scheffleras o ficus, que crecen verticales, combínelas con unas arbustivas (monsteras), y otras pequeñas (hojas de la suerte).

Aunque las especies sean diferentes, unifíquelas por el recipiente, es decir, que tengan el mismo color y textura.

Incluso puede emplear doble maceta: la planta siémbrela en una plástica y ésta sitúela, quizá, dentro de una de bronce.

En las terrazas, los ejemplares colgantes son perfectos, porque se desarrollan hacia abajo, cubren parte del cemento, y otorgan un ambiente más acogedor. Pruebe con las electras o colas de quetzal.

Incúlquele a su familia el amor por la naturaleza e invítela a participar de la jardinería.

Los números telefónicos de los profesionales entrevistados son: ingeniero Ronald Herrera: 5787-0003; Bárbara Sánchez 2476-2794; Ma. Isabel de Juárez: 2360-9513.

En acción: Atiéndalas

En las distintas etapas de la vida del hombre, las flores están presentes.

Las hay para alegrar a quienes se convierten en madres; para bautizos, comuniones, bodas y funerales.

Los cuidados que usted les dé, determinan la rapidez de crecimiento de las plantas, asegura el ingeniero Ronald Herrera.

Haga un cronograma para saber cuándo debe efectuar específicas actividades de jardinería, como siembra, poda, riego y prevención de enfermedades.

El recorte de ramas efectúelo cuando éstas excedan el tamaño deseado y hayan perdido forma; también si están enfermas, porque podrían infectar al resto de hojas.

Si la planta detiene su crecimiento, cambia de color, o las raíces rompen el recipiente donde se encuentra, es señal de que necesita ser trasladada a uno más grande.

Para determinar si es momento del riego, introduzca su dedo índice en la tierra. Si a dos o tres centímetros está seca, añada agua.

Las plantas cultivadas en macetas pierden nutrimentos más rápido que las ubicadas en un jardín, por eso requieren fertilizaciones frecuentes.

Existen en el mercado productos especiales para aplicar cada cuatro o seis meses. Siga las instrucciones o pregunte en el vivero.

En la época de frío, proteja sus plantas de las heladas y los vientos fuertes.

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