Los estudios más recientes sugieren que sí.
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Cómo lo que comes puede afectar tu salud mental
Hay evidencias incuestionables de que una dieta saludable tiene un impacto positivo para nuestra salud física. Pero ¿qué hay de enfermedades mentales como la depresión? ¿Pueden empeorar o mejorar según nuestra dieta?
En 2015 un estudio publicado en la prestigiosa revista The Lancet se volvió un punto de referencia en este campo de investigación: sugirió que la nutrición es para la salud mental tan importante como lo es para la cardiología, la endocrinología o la gastroenterología.
Ahora, una revisión de 41 estudios publicados durante los últimos ocho años revela que ciertas dietas parecen tener un efecto positivo para el estado de ánimo y al contrario, que ciertos hábitos alimenticios pobres aumentan el riesgo de depresión.
Estas conclusiones acaban de ser publicadas en la revista Molecular Psychiatry.
¿Qué dietas ayudan y qué dietas empeoran el estado de ánimo?
Después de analizar decenas estudios de Reino Unido, Francia, España, Australia y Estados Unidos, en los que participaron unas 31.000 personas, el equipo investigador concluyó que los alimentos procesados y los que contienen grandes cantidades de grasa o azúcar conducen a la inflamación, no solo del intestino sino de todo el cuerpo, en lo que se conoce como “inflamación sistémica”.
Según la doctora Camille Lasalle, que lideró el análisis de los investigadores de la londinense University College London (UCL), “una dieta pro inflamatoria puede inducir a la inflamación sistémica y esto puede hacer aumentar directamente el riesgo de depresión de una manera significativa”.
“La inflamación crónica puede afectar a la salud mental al transportar moléculas pro-inflamatorias al cerebro. También puede afectar a las moléculas neurotransmisoras responsables de la regulación del estado de ánimo”, dijo Lasalle, que trabaja en el departamento de epidemiología y salud pública de UCL.
Y al contrario, los académicos comprobaron que quienes seguían una dieta mediterránea tradicional tenían una probabilidad mucho menor de desarrollar depresión, que es de acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS), la mayor causa de enfermedad y discapacidad en el mundo.
La dieta mediterránea es un modelo de dieta saludable que normalmente incluye muchos vegetales, legumbres y cereales, además de aceite de oliva, pescado, frutos secos y carnes y lácteos en moderación.
¿Asociación o causa?
Es difícil explicar la conexión entre el estado de ánimo y la comida. Hay muchos factores que pueden estar involucrados y que pueden entrelazarse. Es parecido al dilema de qué fue primero, ¿el huevo o la gallina?
Por ejemplo, estar deprimido puede causar pérdida de apetito y puede hacer que alguien no se cuide a sí mismo y coma peor. Y al contrario, es más probable que la gente que se siente plena y feliz tenga estilos de vida más saludables y lleve una dieta mejor.
Si bien estos matices son ciertos, los académicos que hicieron este análisis insisten en que lo que ellos hallaron fue un vínculo causal y no simplemente una asociación.
Según Lasalle, “una dieta pobre puede aumentar el riesgo de tener depresión ya que estos resultados son de estudios longitudinales que excluyeron a su inicio a la gente con depresión”.
Los estudios longitudinales son un tipo de estudio observacional que investiga al mismo grupo de gente de manera repetida a lo largo de un período de tiempo.
“Estos estudios observaron cómo la dieta en el punto de partida está relacionada con los nuevos casos de depresión”, dijo la investigadora.
Pero ella misma acepta que todavía no existen pruebas clínicas sólidas que corroboren ese vínculo causal hallado en los estudios observacionales.
Para eso hace falta hacer estudios más rigurosos y específicos, como por ejemplo un ensayo aleatorio controlado en personas con riesgo de depresión.
“Si bien es cierto que una dieta saludable es buena por muchas razones, necesitamos tener más evidencias antes de poder decir que una alimentación rica en frutas y vegetales puede mejorar tu salud mental”, matizó Naveed Sattar, profesor de medicina metabólica de la Universidad de Glasgow, que no estuvo involucrado en el análisis de UCL.
¿Podría la dieta ser una forma de tratamiento para la depresión?
Ahora los investigadores tienen que poner a prueba esta teoría, para estudiar si la dieta podría ser una forma de tratar la depresión.
En 2017, un pequeño pero significativo estudio de intervención realizado en Australia mostró que una dieta mediterránea modificada ayudó significativamente a muchos pacientes con depresión severa dentro de un periodo de 12 semanas.
La doctora Tasmine Akbaraly, coautora del estudio de UCL, cree que hay suficientes evidencias como para que empecemos a considerar la dieta como una parte más de la medicina psiquiátrica.
Ella cree que los consejos sobre la dieta deberían formar parte del trabajo rutinario de los profesionales de la salud mental”.
Si bien puede haber muchos otros factores importantes relacionados con los problemas mentales, como el trauma emocional o el estrés, muchos especialistas creen que no deberíamos desestimar el poder de cambiar la alimentación para mejorar el estado de ánimo.