Los científicos han logrado rastrear una ráfaga muy corta y muy brillante de ondas de radio hasta un tipo de estrella muerta altamente magnetizada, conocida como magnetar (o magnetoestrella).
BBC NEWS MUNDO
Vía Láctea: descubren el origen de “la ráfaga de radio más luminosa jamás detectada en nuestra galaxia”
Por fin estamos avanzando en el desciframiento de algunas de las señales más enigmáticas del Universo.
Una imagen de una ráfaga rápida de radio (en verde), tomada con el telescopio Gemini Norte en Hawái. [Foto de archivo: enero 2020]
Es la primera vez que se ubica una ráfaga rápida de radio —o FRB, por sus siglas en inglés— en una fuente específica.
Este tipo de fenómenos astrofísicos se detectaron por primera vez en 2007. Desde entonces han sido uno de los temas más candentes en astronomía.
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El nuevo descubrimiento, explicado en tres estudios publicados este jueves en la revista Nature, fue realizado por dos conjuntos de radiotelescopios independientes en Norteamérica.
Las observaciones, coincidentes con las de otras instalaciones astronómicas tanto en el espacio como en tierra, ayudaron a caracterizar el evento y fortalecer su interpretación.
La fuente del magnetar es designada por los científicos con la compleja fórmula SGR 1935 + 2154.
Está a unos 30.000 años luz de distancia, lo cual es interesante porque hasta ahora todas las detecciones anteriores de este tipo de ráfagas procedían de fuera de nuestra galaxia, la Vía Láctea.
Las propiedades de las recién detectadas en nuestra galaxia, sin embargo, son muy similares a las de otras ráfagas rápidas que se producen más allá de la Vía Láctea.
Evento luminoso
El evento ocurrió el 28 de abril de este año. Duró alrededor de un milisegundo, pero fue extremadamente luminoso.
“Pudimos determinar que la energía dispersada es comparable a las energías de ráfagas rápidas de radio extragalácticas. En apenas un milisegundo, este magnetar emitió tanta energía en ondas de radio como hace [nuestro] Sol en 30 segundos”, explicó Christopher Bochenek, quien dirigió el diseño y la construcción de la red de receptores de radio Stare2, que se extiende por California y Utah (EE.UU.).
Ya en 2007 los magnetares eran los principales sospechosos del origen de las FRB.
Los magnetares son un tipo de estrellas de neutrones: objetos extraños y compactos en los que la materia se ha comprimido en un volumen muy pequeño. Es un estado al que pueden reducirse algunas estrellas normales cuando se quedan sin combustible y colapsan sobre sí mismas.
Los magnetares, como sugiere el nombre, tienen campos magnéticos intensos, billones de veces más que el campo magnético de la Tierra, por ejemplo.
La teoría sugiere que estos objetos pueden disparar enormes cantidades de energía que luego chocan con su entorno, lo que a su vez genera grandes emisiones en radio y otras longitudes de onda.
Esa es una idea, pero se han propuesto muchos otros modelos.
Otras fuentes
“Dada la distancia de la fuente, esta es la ráfaga de radio más luminosa jamás detectada en nuestra propia galaxia“, dijo Daniele Michilli del equipo que opera el telescopio Chime en la provincia canadiense de Columbia Británica.
“La luminosidad es aún menor que la de las ráfagas rápidas de radio (provenientes de fuera de nuestra Vía Láctea), pero demuestra que los magnetares pueden liberar una gran cantidad de energía de radio con propiedades como las de las FRB, lo que implica que al menos [algunas] FRB provienen probablemente de magnetares”.
Bing Zhang, quien trabaja en el nuevo radiotelescopio gigante de China —el observatorio FAST (las siglas en inglés de telescopio esférico de 500 metros de apertura), también llamado Tianyan— dijo que se están investigando otras posibles fuentes de FRB.
Por ejemplo, podrían ser estrellas gigantes en colisión y estrellas de neutrones que experimentan un colapso adicional para convertirse en un agujero negro, un evento llamado blitzar.
Tales fenómenos podrían explicar la clase de explosiones que parecen ser eventos únicos.
“Pero hasta ahora, todavía no tenemos nada que apoye esos escenarios”, dijo a los periodistas. “Si existen, deben ser muy muy raros. Sólo una pequeña fracción de las ráfagas rápidas de radio pueden ser catastróficas”.