Ya sean unas simples gafas o el amor de tu vida, por no buscar bien puede que estés ciego ante algo que tienes justo frente a ti.
BBC NEWS MUNDO
Por qué un equipo de científicos quiere cambiar el concepto de qué es “vida” (y cómo podría revolucionar las misiones que buscan extraterrestres)
¿Te ha pasado que durante un buen rato buscas algo y luego te das cuenta de que siempre estuvo delante de tus ojos pero no te habías dado cuenta?
Eso, según un reciente trabajo de dos astrobiólgos, es lo que quizás nos está impidiendo resolver dos preguntas fundamentales: cuál es el origen de la vida y por qué no hemos encontrado vida en otros lugares del universo.
Puede que las respuestas estén ahí, solo que hemos estado buscándolas de manera incorrecta.
Stuart Bartlett, investigador de ciencias planetarias del Instituto Tecnológico de California, y Michael Wong, del laboratorio de exoplanetas de la NASA, creen que para encontrar esas respuestas quizás debemos comenzar por cambiar lo que consideramos “vida”.
Y para ello, proponen una nueva palabra: “vyda” (lyfe, como originalmente la llaman en inglés, para diferenciarla de la palabra “life”, que significa vida).
¿De qué se trata el concepto de vyda y por qué nos plantea un revolución existencial?
Vida
Definir qué entendemos por “vida” es ya una tarea compleja, pero para efectos prácticos la NASA utiliza esta definición:
“Vida es un sistema químico autosuficiente con la capacidad de tener evolución darwiniana“.
Esa definición describe a todos los seres vivos de nuestro planeta.
A pesar de las diferencias, desde los más pequeños microorganismos hasta el ser humano, todos consumimos energía de manera autónoma, la aprovechamos mediante procesos químicos y llevamos un ARN y ADN que almacena información y va evolucionando para adaptarnos al entorno.
Esa es la única vida que conocemos, y según Bartlett y Wong, ahí está el problema.
“Solo tenemos un ejemplo de lo que es vida”, le dice Bartlett a BBC Mundo.
“Si nos enfocamos solo en sistemas que usan procesos químicos, podemos estar perdiéndonos otros ejemplos de vida”, añade.
La idea de Bartlett es que estamos usando una definición de vida demasiado limitada, que nos impide ver otras posibles formas de vida que quizás siempre hayan estado ahí pero que hemos pasado por alto.
Ante esa visión limitada, Bartlett y Wong proponen el concepto de vyda.
Vyda
La propuesta de Bartlett y Wong es que se considere vyvo a cualquier sistema que cumpla estas cuatro habilidades:
- Disipación: capturar y procesar energía
- Autocatálisis: crecer o expandirse
- Homeostasis: mantener un equilibrio interno cuando las condiciones exteriores cambien
- Aprendizaje: almacenar y procesar información y utilizarla para aumentar sus posibilidades de supervivencia
Bajo esa visión, “la vida, tal como la conocemos, es solo una de las maneras de cumplir con esos cuatro requisitos”, le dice Wong a BBC Mundo.
En otras palabras, vida es solo una forma de vyda, pero puede que haya muchas más.
El origen de la vida
El concepto de vyda busca reformular la manera en la que se hace la pregunta sobre el origen de la vida en la Tierra.
Muchas de las teorías sobre el origen de la vida en la Tierra están basadas en la observación de características que son visibles hoy y que se cree que estuvieron presentes en las primeras formas de vida.
Sin embargo, advierten Bartlett y Wong, hay pocas evidencias de que cualquiera de esas características estuvieran presentes al inicio de la vida.
“No podemos reconstruir las primeras formas de vida en la Tierra simplemente mirando las formas de vida que existen hoy”, le dice a BBC Mundo Douglas Vackoch, presidente de Mensajes a Extraterrestres Inteligentes (METI), una organización científica que trata de contactar señales de vida en otros lugares del universo.
Vackoch, quien no participó en el artículo de Bartlett y Wong, dice que eso equivale a comparar un moderno tren impulsado por imanes superconductores y helio líquido con una de las primeras locomotoras impulsadas por carbón.
“Ambos tienen su ‘metabolismo’”, dice Vackoch, “pero son radicalmente diferentes en su construcción”.
Por eso, el concepto de vyda propone que la búsqueda del origen de la vida se enfoque en los cuatro pilares que ellos proponen y no tanto en las características que se han observado.
Vyda en otros planetas
“El hombre se ha encerrado en sí mismo, al punto que ve todas las cosas a través de las estrechas grietas de su caverna”, escribía el poeta William Blake.
Eso es lo que quieren cambiar Bartlett y Wong.
El concepto de vyda implica que quizás estemos buscando señales extraterrestres de manera errónea, encerrados en una caverna mental.
Buscar vyda, en vez de solo vida, podría traer resultados más fructíferos, opinan los astrobiólogos.
Bartlett se pregunta, por ejemplo, por qué asumimos que somos el tipo de vida que sirve de modelo para la vida que posiblemente hay en otros lugares del universo.
“Eso quedará atrás una vez descubramos otros ejemplos de vida”, dice Bartlett.
Las posibilidades son infinitas, y nuestra imaginación se queda corta, pero como ejemplo Bartlett menciona que quizás algún día encontremos seres que almacenan información con algo distinto al ADN, o que realizan el metabolismo con unas encimas que no conocemos en la Tierra.
“La vida extraterrestre tendrá formas que van más allá de nuestros sueños más alocados”, dice Vackoch.
“Los alienígenas más exóticos de Hollywood parecerán aburridamente predecibles en comparación con las sorpresas que encontraremos cuando hagamos el primer contacto con extraterrestres reales”.
Esa idea implica que quizás debamos rediseñar las misiones y los equipos con los que buscamos vida en otros planetas, como lo hará el explorador Perseverance en Marte, por ejemplo.
“Queremos que nuestros instrumentos no estén limitados por la concepción de lo que es vida en la Tierra”, dice Wong.
“Queremos animar a que se busquen señales de vida que no estén restringidas a nuestro propio mundo”.
El sentido de la vida (y la vyda)
Y más allá de la biología y las misiones espaciales, la propuesta de Bartlett y Wong también lleva implícita una profunda cuestión existencial.
“¿Por qué arrancamos de esa posición preestablecida de pensar que somos especiales?”, se pregunta Bartlett.
“Primero pensábamos que éramos el centro del universo, después dijimos: ok, puede que no seamos el centro del universo, pero somos la mejor especie en la Tierra y debemos ser el modelo para la vida en otros lugares”.
El nuevo concepto que propone, sin embargo, nos baja un poco esas ínfulas y nos dice que quizás nuestra vida sea solo una en medio de un inmenso grupo de formas de vyda.