Uno puede respirar sin tener que pensar en ello o alterar la forma en que lo hace a voluntad.
Es por esta curiosa relación entre nuestra mente y el proceso de nuestro cuerpo que nuestra respiración puede jugar un papel decisivo, especialmente en momentos de estrés.
Quedarse sin aliento o tener dificultad para respirar es una de las razones más comunes para acudir al hospital, según el servicio de salud público británico, el NHSç.
Nuestra respiración cambia en forma y ritmo en diferentes momentos del día y con distintas emociones y estados. Por ejemplo, suspirando en desesperación, jadeando con agotamiento, conteniendo la respiración con miedo y terror.
Hay además 2 tipos:
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Por qué es tan importante respirar y 5 ejercicios simples para hacerlo correctamente
La respiración es uno de los actos más importantes que hacemos y también uno de los pocos procesos corporales que puede realizarse de forma voluntaria o involuntaria.
Respirar es un acto reflejo vital que puede realizarse de forma voluntaria o involuntaria. GETTY IMAGES
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Respiración de pecho:
Nuestro torso se mueve para dentro y para fuera y es la respiración más frecuente que hacemos mientras realizamos ejercicio o en situaciones de emergencia. Si abusamos de esta forma de respirar podemos tensar nuestro cuerpo, activando los músculos del pecho incrementamos la sensación de ansiedad.
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Respiración abdominal o diafragmática:
Cuando respiramos, el diafragma se tensa, se aplana y se mueve hacia abajo, llevando aire a los pulmones. A medida que el diafragma se mueve empuja el abdomen, forzando la pared abdominal.
Al exhalar, el diafragma se relaja, el aire sale de los pulmones y la pared abdominal se aplana. Cuando respiramos usando el diafragma estamos relajados y es la forma natural en que se produce la regeneración de nuestro cuerpo. Ocurre cuando duermes, comes o te relajas.
Ejercicios
Para respirar mejor uno debe aprender a hacerlo usando el diafragma, es la manera en la que la respiración es más efectiva y relajada, según el NHS, que recomienda estos ejercicios y posiciones para mejorarla.
- Sentado en una silla, con la espalda recostada y relajado con una mano en el abdomen. Inhala por la nariz y exhala por la boca de forma profunda, que puedas sentir tus costillas y tu pecho expandirse y contraerse.
- Sentado, inclinado con la cabeza hacia delante y los brazos en los muslos. Inhala y exhala de forma profunda sintiendo como se hincha y se relaja tu abdomen.
- Subiendo escaleras. Marca un ritmo para tu respiración. Inspira para subir un peldaño y expira en el siguiente. Conseguirás tener una respiración rítmica y con un patrón.
- Tumbado de lado, en la cama, en posición cuchara, ligeramente inclinado hacia delante y con las piernas un poco dobladas una sobre la otra. Practica respiraciones profundas sintiendo como el abdomen se expande.
- Cabeza apoyada en la mesa sobre varias almohadas y sentado en una silla. Con la cara girada hacia un lado, deja la parte de tu barriga libre para entender y contraer el abdomen lo máximo posible, haciendo trabajar al diafragma al máximo rendimiento.
Problemas
Hay varias razones que pueden hacer que te quedes fácilmente sin aliento y te cueste respirar. Las principales, según el servicio sanitario de Reino Unido son:
- Constipados y resfríos con bloqueo de las vías respiratorias.
- Obesidad o falta de ejercicio físico.
- Asma.
- Anemia.
- Problemas cardiovasculares.
Si las dificultades para respirar se prolongan en el tiempo, el NHS recomienda que vayas a visitar a un doctor.
Estas son las enfermedades asociadas a la falta de respiración prolongada.
- Bronquiectasia: afección pulmonar donde las vías respiratorias están anormalmente ensanchadas y tienes una tos flemosa persistente.
- Embolia pulmonar: un bloqueo recurrente en un vaso sanguíneo del pulmón.
- Cáncer de pulmón donde parte o la totalidad del órgano se vuelve disfuncional.
- Derrame pleural: acumulación de líquido al lado del pulmón.
- Ataques de pánico: pueden llevarte a hiperventilar, hacer respiraciones profundas y muy frecuentes.