Pero para quienes padecen de un desorden alimenticio, está época puede ser una nueva fuente de estrés.
BBC NEWS MUNDO
“Mi trastorno alimenticio me robó la magia de la Navidad”
Las celebraciones navideñas, sean donde sean, suelen girar en torno a la comida, la bebida y las reuniones familiares.
En la foto vemos a Katie Scott en la Navidad de 2017 junto a su madre, Hazel, su hermano, Ben y sus abuelos Anne y John. (Foto Prensa Libre: Katie Scott - BBC)
“Es complicado, incluso después de años, disfrutar de las festividades durante la Navidad”, le dice a la BBC Katie Scott, una joven de 21 años que se está recuperando de un desorden alimenticio.
“Siempre me gustó esta época del año. Me encanta la comida y me encanta estar con mi familia. Pero ahora es difícil por mi trastorno alimenticio”.
“No importa cuánto lo intente o cuánto quiera despreocuparme (…) sé que no puede ser así. Es una experiencia agridulce“, añade.
Larga batalla
Katie empezó a tener problemas a los 14 años. A esa edad empezó a restringir su ingesta de alimentos y a sufrir de depresión. Inicialmente le diagnosticaron un trastorno alimenticio no específico y más tarde, a los 16 años, anorexia.
Ella describe su primer diagnóstico como el inicio de una “larga y continua batalla” con la comida y su peso corporal, su estado de ánimo y las autolesiones, y la tensión que todo eso creó en las relaciones con su familia y amigos.
“Me dejó sintiéndome desesperada y aislada”, dice. “Era una situación que ponía en riesgo mi vida”.
Katie abandonó durante varios períodos la escuela debido a sus internaciones. Finalmente le dieron el alta hospitalaria a los 18 años, que fue cuando regresó a la escuela para terminar su educación y poder así acceder a la universidad.
“Tuve que reconstruir mi vida desde cero”, dice.
Katie dice que la Navidad es para ella una “época particularmente difícil”, lo era cuando estaba enferma y también cuando inició su recuperación. La sensación que tiene, dice, es la de no poder participar del todo en las celebraciones.
“Las celebraciones están obviamente muy centradas alrededor de la comida”, dice. “Me encanta la comida, pero le tengo miedo, por eso tengo esta contradicción, este miedo”.
“En el pasado me costaba mucho lidiar con la Navidad porque quería esperarla, pero todos las cosas que me gustaban (de ella) se volvían estresantes y me daban miedo”.
“Creo que la anorexia puede ser una versión extrema de perder la magia de la Navidad. Sigue siendo una época hermosa del año, pero no es lo mismo”.
“Me engaño a mi misma cada año diciendo que lo será, pero nunca es tan fácil como antes. Eso puede ser decepcionante”.
Problema para la familia
La joven reconoce también que esta época puede ser difícil también para su madre, quien se preocupa porque ella se sienta bien durante la Navidad.
“Ella tuvo varias navidades difíciles conmigo”, cuenta. “Es casi peor para mi mamá, porque tiene que lidiar conmigo y no puede anticipar cómo voy a reaccionar“.
En opinión de Prathiba Chitsabesan, directora asociada del departamento de salud mental para niños y jóvenes del Servicio Nacional de Salud de Inglaterra, ayudar a las familias a lidiar con los desórdenes alimenticios en la casa es “crucial”.
“La presión añadida de las resoluciones de Año Nuevo y el bombardeo de los mensajes para perder peso cerca de la ápoca de Navidad pueden representar un desafío para quienes viven con un trastorno alimenticio”, dice.
Chitsabesan espera que las recomendaciones publicadas recientemente por el servicio de salud y la ONG Beat para ayudar en la época navideña a quienes sufren este tipo de problemas y a sus familias puedan marcar una diferencia.
Estas recomendaciones estás basadas en la experiencia de médicas, pacientes y familiares e incluyen:
- Servir la comida como un buffet en vez de un almuerzo o cena en el que hay que sentarse a la mesa
- Minimizar las expectativas en torno a la gente que sufre trastornos alimenticios en la época festiva
- Tratar las comidas alrededor de estas celebraciones de la manera más rutinaria posible
- Planear con anticipación y pensar en el papel de la comida durante el día
- Una vez que la cena termina, cambiar el foco a otras actividades como por ejemplo un juego
- Dejarle claro a los demás que eviten hacer preguntas sobre el peso o el apetito
Para Katie, planear la estructura del día es clave, incluyendo qué hará si se siente estresada, ya sea salir, o ir a dar una vuelta.
También recomienda buscar a alguien en quien puedas confiar. “Trata de tener al menos una persona que esté al tanto de que puedes estar experimentando dificultades”.
Caroline Price, directora de servicios de la ONG Beat, advirtió que la presión por comer grandes cantidades de comida durante Navidad puede “ser un disparador” para las personas que sufren trastorno por atracón y bulimia, y que también puede causar ansiedad para aquellos con anorexia.
“La gente con trastornos alimenticios trata por lo general de esconder su enfermedad y en Navidad, cuando comer es una ocasión social -muchas veces con personas que no se ve con frecuencia- pueden sentirse avergonzados y por ello quieren aislarse de los demás”.
“Todas estas presiones pueden volverse más difíciles porque las redes de apoyo normales no están siempre disponibles en Navidad, ya que los amigos pueden estar fuera y las actividades sociales regulares están cerradas por vacaciones”.