No te preocupes, no estás solo: a muchos nos pasa que nos inscribimos en un gimnasio, un servicio de películas online o de revistas que nos permiten probarlos de forma gratuita por 30 días, y cuando acaba este período nos empiezan a cobrar una cuota mensual, porque nos olvidamos de cancelarlo cuando termina el período de prueba.
BBC NEWS MUNDO
La app que te cancela automáticamente tus suscripciones cuando dejan de ser gratuitas
¿Te ha pasado alguna vez que al revisar tu cuenta de banco descubres que estás pagando por un servicio que no usas y al que ni siquiera te acuerdas haberte suscrito?
Es muy fácil perder la cuenta de a cuántos servicios gratuitos por un mes nos hemos anotado, y olvidarnos de cancelar alguno. (Foto Prensa Libre: Getty Images)
Para evitar acabar pagando inútilmente por algo que no usamos, un joven británico creó un servicio que cancela estas suscripciones de forma automática al final de los 30 días de prueba.
La app desarrollada por Josh Browder —quien de adolescente creó un algoritmo llamado Do Not Pay (no pagues)— fue lanzada en principio en Estados Unidos.
La nueva app, Free Trial Surfing, no está vinculada a la tarjeta de crédito o a la cuenta bancaria de un cliente.
Browder dice que fue desarrollada en conjunto con un banco importante, pero no quiere revelar el nombre de la institución financiera que apoyó su proyecto.
Pornografía y Netflix
“La idea para este producto se me ocurrió cuando me di cuenta de que me estaban cobrando US$21,99 por la membresía de un gimnasio durante un año que nunca usaba”, le dijo Browder a la BBC.
“De hecho, me había olvidado completamente que me había suscrito a una prueba gratuita. Hacer un seguimiento constante de cuándo termina un período gratuito es molesto y toma tiempo”.
Desde que se lanzó hace seis semanas, dice Browder, 10.000 personas se han bajado la app.
Las dos suscripciones más comunes para las que ha sido usada hasta el momento, agrega, son plataformas de pornografía y Netflix.
¿Cómo funciona?
Cada cliente recibe un número de tarjeta de crédito virtual y un nombre inventado, que puede usar para suscribirse a un servicio.
La tarjeta está, de hecho, registrada en la compañía de Browder, Do Not Pay.
La app también puede intercambiar correos electrónicos entre el proveedor del servicio y la tarjeta, con lo cual se resguarda la dirección de correo electrónico del cliente.
Browder dice que la tarjeta no funciona para pagar por cualquier otro tipo de compra o servicio.
Según explica, algunas plataformas han tratado de bloquear el servicio, identificando qué tarjetas pertenecen a Do Not Pay.
Pero no lo han logrado porque son demasiadas, dice.
Lo irónico es que, algún día, es posible que Browder cobre una suscripción a su servicio, que actualmente es gratuito.
“Me llevó seis meses desarrollarlo”, dice.
“Ahora mismo estamos probándolo, pero quizás un día haya una suscripción barata, como de U$2 por mes”.
“La razón por la que tomó tanto tiempo es que quisimos asegurarnos de que no sea aceptada si alguien la usa para hacer una compra auténtica”.
Actualmente, la app sólo está disponible en la tienda online de Apple, pero Browder está desarrollando una versión web.
La “trampa” de las suscripciones
Felicity Hannah, periodista de finanzas, es cautelosa a la hora de evaluar la app.
“Suena como una gran idea porque los consumidores caen constantemente en la trampa de las suscripciones”, dice.
“Yo me considero bastante espabilada y el año pasado caí dos veces”, reconoce.
“Pero tengo ciertas preocupaciones como consumidora y me gustaría ver a otra gente usándola de forma segura antes de suscribirme yo”.
Hannah cree además que el servicio puede durar poco, si llega a molestar realmente a los minoristas y proveedores de servicios.
“Los consumidores no deberían preocuparse mucho en torno a cuestiones éticas, pero (la app) está violando el concepto de prueba gratuita“, señala.
“Hay que volver a inscribirse si quieres continuar con el servicio. Eso que quiere decir que la app asume que, claramente, no quieres hacerlo”.
“Si tiene éxito, me imagino que no pasará mucho tiempo hasta que las empresas le busquen la vuelta“.
Pero definitivamente es una buena idea, concluye, una que puede “realmente empoderar a los consumidores”.