Los resultados sugieren que los niños de apenas seis años ya están influenciados por los estereotipos de género como la idea de que la genialidad o la inteligencia es más común entre los hombres.
BBC NEWS MUNDO
El experimento que halló que las niñas empiezan a creer que la genialidad es cosa de hombres a los seis años
Las niñas empiezan a verse a sí mismas como menos talentosas que los niños a partir de los 6 años, según un estudio publicado en la revista Science.
A los cinco años, los niños asociaban la inteligencia con su propio género a partes iguales. A los seis, ya no. (THINKSTOCK)
Los autores del estudio, que calificaron las conclusiones como “descorazonadoras”, sugieren además que el problema podría agravarse con el tiempo y llegar a afectar las decisiones educativas a largo plazo.
El estudio, en el que participaron 400 niños, fue una colaboración de las universidades estadounidenses de Princeton, New York e Illinois.
Los investigadores hicieron que grupos de niños de cinco, seis y siete años participaran en varias pruebas. Inicialmente vieron que tanto los niños como las niñas creían que su propio género era “brillante”.
Pero un año después empezaron a surgir diferencias de género.
Un experimento con 3 pruebas
En una de las pruebas les leían un cuento en el que el protagonista de la historia era alguien “muy, muy listo”, pero no estaba claro quién era ese personaje.
Después, los niños tenían que adivinar quién era el protagonista escogiendo una de cuatro imágenes, dos de hombres y dos de mujeres.
A los 5 años, los niños asociaban la inteligencia con su propio género a partes iguales: los niños escogían hombres y las niñas escogían mujeres en un 75 por ciento de las veces.
Pero a los 6 años, mientras que los niños seguían escogiendo hombres como “muy, muy listos” en un 65 por ciento de las veces, las niñas solo seleccionaron a su propio género en un 48 por ciento de las ocasiones.
En otra prueba los investigadores exploraron qué género esperan los niños que obtenga mejores notas en la escuela.
El equipo halló que aunque las niñas entre los cinco y los siete años eran más proclives a relacionar a su propio género con las buenas notas, no relacionaban esos logros con la inteligencia.
En una tercera prueba se invitó a los niños a que jugaran a un nuevo juego de mesa. Para algunos se describió como un juego “para niños que son muy, muy listos”. Para otros se describió como un juego “para niños que se esfuerzan mucho, mucho”.
Y descubrieron que las niñas de 6 y 7 años tenían las mismas probabilidades que los niños de jugar al juego de quienes se esfuerzan mucho, pero estaban mucho menos interesadas en el juego para niños “muy listos”.
¿Qué quieren decir estos resultados?
El profesor Andrei Cimpian, uno de los investigadores involucrados, le dijo a la BBC que “el mensaje que sale de estos resultados es que los niños están expuestos a la noción cultural de que la genialidad es una cualidad más probable en los hombres que en las mujeres”.
“Es descorazonador ver cómo estos factores emergen tan temprano. Cuando lo ves, te das cuenta de la gran batalla en contra que existe”.
En estudios anteriores Cimpian había analizado las carreras académicas que están asociadas a la idea de que se necesita una genialidad innata para tener éxito.
Su argumento es que cuanto mayor es la percepción de que hay que ser un genio -como para la física- menor es el número de mujeres.
“A una edad temprana, los estereotipos de la sociedad pueden marcar diferencias en la trayectoria”, asegura.
“A los cinco, seis o siete años no estás pensando en tu carrera, pero pronto empezarás a tomar decisiones sobre en qué asignaturas matricularte o qué clases extraescolares tomar”, añade.
“Incluso si las diferencias iniciales son pequeñas, pueden convertirse en algo mucho más grande”.
Los investigadores sospechan que la exposición a los medios de comunicación, los profesores, los padres y los otros niños influencian esos cambios en la percepción de género.
¿Un impacto para la industria?
Christia Spears Brown, profesora de psicología y autora del libro Crianza más allá del rosa o el azul, dijo que estos resultados encajan con investigaciones anteriores que encontraron que los padres y los profesores tienden a atribuir las buenas notas en el colegio al esfuerzo de las niñas pero a la habilidad natural en el caso de los niños.
Según Brown las niñas internalizan esos mensajes culturales desde una edad temprana en su desarrollo, asumiendo que sí, pueden trabajar duro pero no son naturalmente astutas.
Y esa creencia puede explicar por qué a pesar de tener buenas notas muchas jóvenes no optan por carreras universitarias como la física, las matemáticas o la ingeniería.
Athene Donals, profesora de física experimental en la Universidad de Cambridge le dijo al diario The Guardian que “si en el futuro queremos tener una mano de obra con equilibrio de género en ingeniería, matemáticas o física está claro que las intervenciones en escuelas secundarias no son suficientes”.